La Habana, Cuba. – Y volvió a pasar lo que todo el mundo sabía: por vigésimo octava vez, Naciones Unidas aprobó de manera abrumadora una resolución de condena al bloqueo que nos impone Estados Unidos y respalda Israel.

El rechazo es tan masivo que ni siquiera el voto en contra, del Brasil de Jair Bolsonaro, constituye noticia de primera plana.

Han sido 28 años en los que la comunidad internacional ha ido reconociendo la resistencia de los cubanos y entendiendo poco a poco el carácter ilegal e inhumano de la hostilidad que la Casa Blanca mantiene contra nuestro país.

Aunque siempre alguno aprovechó para votar de una manera extraña, como fueron los casos de las abstenciones de Colombia y Ucrania, lo cierto es que la sólida mayoría reconoció que la tapia que nos cerca sigue tan intacta y alta como el primer día.

Atropello a los cubanos

No es poca cosa los casi 139 mil millones de dólares, una cifra calculada a precios constantes, que nos ha costado este medio siglo de hostilidad de Estados Unidos.

¿Cuánto más hubiera podido hacer la nación de contar con esos cuantiosos recursos? ¿Hasta dónde hubiera llegado el desarrollo del país?

Pero por encima de esas preguntas está el hecho cierto de que el cerco a que se nos somete causa daños no solo económicos, sino también de otra índole, porque viola de manera masiva los derechos de los cubanos, aunque ese sea un asunto muy difícil de cuantificar.

La votación en la Asamblea General de Naciones Unidas refleja que casi todo el mundo se ha dado cuenta de que el bloqueo es una política que flagrantemente atenta contra la vida.