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La Habana, Cuba. – De león y de leona vinieron los Maceo, dijo una vez el Apóstol José Martí sobre la familia que orgullosamente llevó el apellido, resaltando la laboriosidad, el amor a la Patria, la intransigencia y la fortaleza para el combate que caracterizó a todos los hijos de Mariana Grajales y Marcos Maceo.

No hay dudas de que la familia forjó héroes como el Titán de Bronce, cuyo accionar fue decisivo para las grandes empresas de la emancipación nacional.

El propio Martí reconocía en Antonio Maceo a una de las principales figuras para la preparación de la Guerra Necesaria. Era un líder revolucionario, cuya fuerza y pensamiento avanzado le ganaron el respeto de amigos y enemigos.

En una carta al Apóstol, en la que insistía en la necesidad de la unidad política y moral entre los luchadores cubanos, el Titán de Bronce afirmó: mi espada y mi aliento están al servicio de Cuba.