Camagüey, Cuba. – Una hermosa relación sostuvo el Comandante en Jefe con el territorio agramontino, según evidencian unas sesenta visitas a la provincia.
De ello da fe el libro Fidel en Camagüey, minucioso resumen de discursos y declaraciones que compilaron los historiadores Rolando García -ya fallecido- y su esposa, Cándida Pedrosa.
El vínculo inicial data de 1947, cuando Fidel estudiaba Derecho en la Universidad de La Habana, y pasó casi 60 días en Cayo Confites, preparándose para una expedición contra la dictadura de Leonidas Trujillo, en República Dominicana.
Más tarde, el 25 de julio de 1953, junto a otros compañeros, llegaría a la fonda Los Venaditos, de la ciudad camagüeyana, en su paso hacia Santiago de Cuba, donde al día siguiente protagonizaría el histórico asalto al Cuartel Moncada.
Legado imperecedero
Entre los hitos de la historia camagüeyana sobresale el 4 de enero de 1959, cuando Fidel llegó con la Caravana de la Libertad.
El júbilo inundó las calles y desde la Plaza de la Libertad el pueblo escuchó los objetivos de la naciente Revolución, ante la cual se abría un arduo camino para construir una sociedad más justa.
En octubre de ese año, el líder encabezó la primera marcha del pueblo combatiente en Camagüey contra el traidor Hubert Matos. Luego impulsó obras como la cuenca lechera, el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología y el Instituto Vocacional Máximo Gómez.
Como hecho trascendente, Camagüey atesora su discurso del 26 de julio de 1989, cuando vaticinó que si desaparecía la Unión Soviética, Cuba y su Revolución seguirían luchando, como lo han hecho hasta ahora.