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Por: Gardenia Companioni

El Café Taberna ha vuelto a sus orígenes, gracias a una profunda y cuidada restauración por parte de la Oficina del Historiador de la Ciudad, que le ha devuelto su esplendor original.

Fundado en 1772, el Taberna, llamado así por su primer propietario Don Juan Bautista Taberna, es el café más antiguo de La Habana, situado en la intersección de las calles Teniente Rey y Mercaderes.

Se dice que el café entró en Cuba a mediados del siglo XVIII gracias a José Antonio Gelabert, Contador Mayor de Cuentas del Rey, quien lo adquirió en el vecino Santo Domingo. El Café Taberna fue el primer lugar en Cuba destinado exclusivamente a su elaboración y venta.

La llegada, medio siglo después, de franceses desplazados por la revolución de Haití, aceleró la producción y el comercio del grano en la mayor de las Antillas.

Sitio para homenajear al Beny

El poeta y escritor José Martí, cliente asiduo del Café Taberna, quedó muy impresionado con esa bebida, tanto, que le escribió bellas palabras.

Cuentan los habaneros que fue aquí donde nació la salsa como estilo musical, al mezclar el son, el bolero, el cha-cha-chá y otros ritmos cubanos, con el jazz y el soul.

El local, con su puntito decadente y su rollo romántico, está dedicado a la música y figura de Benny Moré, uno de los más grandes músicos cubanos de todos los tiempos, y de quien celebramos este año su centenario.

Acoge conciertos de algunas de las mejores bandas de son de La Habana, como el Son del Trópico, el Sonido Son o el Septeto Matamoros.

Los techos altos, la decoración de otra época, los deliciosos cocteles y la seductora música en vivo que ameniza la velada, lo convierten en un lugar muy recomendable.

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