Aunque originalmente no existía una fecha precisa, desde 1917 se conmemora cada 8 de marzo el Día Internacional de la Mujer.
La ocasión, propicia para homenajear a quienes constituyen uno de los pilares de la sociedad, trae consigo una jornada en la que las flores no deben faltar.
En ese sentido, diversas son las fuentes que coinciden en señalar a la mimosa como la flor que representa el festejo en todo el mundo.
Según varios historiadores, hace décadas, específicamente luego de culminar la II Guerra Mundial, se concretó dicha elección. Su vínculo con la fecha le viene, sobre todo, por ser considerada un símbolo de resistencia, sensibilidad y elegancia, cualidades innatas en toda mujer.
Asimismo, a pesar de su aspecto delicado, la mimosa es una variedad floral de gran fuerza, que puede adaptarse y crecer en entornos muy hostiles.