La gesta revolucionaria y el milagro verde olivo han quedado retratados en el cine cubano en diversas películas, algunas de ellas con títulos ya legendarios de la historia del 7mo Arte.

La primera etapa del cine cubano se caracteriza por la épica revolucionaria, a ella corresponden títulos como: Historia de la Revolución, de Tomás Gutiérrez Alea; El Joven Rebelde, de Julio García Espinosa, y Soy Cuba, co-producción con la otrora Unión Soviética, dirigida por Mijaíl Kalatózov.

Ésta última alcanzó, en esta primera etapa épica, la expresión más consumada de un estilo sublime y efectista. Todas esas cintas se caracterizan por ser elocuentes testimonios sobre magnánimas hazañas, epopeyas  y el vértigo transformador de toda una época.

El Cine cubano en pos de legítimos valores

Varias son las películas de la cinematografía nacional que reflejan la gesta revolucionaria en su último período. Entre ellas destacan: Clandestinos, de Fernando Pérez,  y Ciudad en rojo, de Rebeca Chávez.

Ambos íconos del cine cubano reflejan las acciones revolucionarias, emprendidas por valerosos jóvenes, que dieron su vida para pavimentar el camino hacía una Cuba independiente y soberana.

En ellas se muestra el miedo y la tensión con que se caminaba por las calles de la Isla, los enfrentamientos, las torturas y fusilamientos a los que eran sometidos los revolucionarios, a manos de los cuerpos represivos del gobierno de Fulgencio Batista.

Pero con el triunfo de la Revolución llegó la justicia, y con ella un cine que protagonizó lo más activo del proceso revolucionario en pos de legítimos valores y como expresión de cubanidad.