La Habana, Cuba. – La final de la Serie Nacional de Béisbol volvió a llenar estadios en Las Tunas y en La Habana. Las aficiones de ambos equipos soñaron más de una vez con sus triunfos, pero solo una puede alcanzar el título.
Desde el inicio de esta historia muchos especialistas explicamos por qué los leñadores de Las Tunas eran superiores en todos los órdenes de juego a los Leones de Industriales.
Su ofensiva pudo decidirlo todo en una entrada como lo hicieron, en tanto sus bateadores, en especial Danel Castro, Denis Peña y Yunior Otero, se convirtieron en los más oportunos para empujar corredores en posición anotadora.
Imposible olvidar el trabajo de su staff de pitcheo, que de ser uno de los más bateados y descontrolados en el primer tercio, crecieron a límites increíbles, con Keinel Ferraz igualando récord de victorias en postemporadas y salvados efectivos de Alberto Pablo Civil.
Para Industriales, aplauso merecido
Sin dudas, el equipo más seguido de la pelota cubana, Industriales, derrochó coraje y esfuerzo para llegar a una instancia final que muy pocos le daban tras un primer tercio en el sótano del campeonato.
Y ese renacer y ascenso en la tabla de posiciones lleva de antemano un aplauso merecido. Luego pasaron en siete desafíos por encima de Sancti Spíritus en cuartos de final y Santiago de Cuba en semifinal, pero su pitcheo joven se vio disminuido ante la fuerza de los tuneros, al tiempo que la ofensiva se resintió las lesiones de última hora de Yasmani Tomás y Ariel Hechevarría.
Luego de 11 años volver a una discusión del título enamoró de nuevo a muchos capitalinos con esa corona y sobre todo los hizo regresar al Coloso del Cerro.
Y solo disfrutar de ese entusiasmo y ese amor por el deporte nacional vale la pena siempre.