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La Habana, Cuba. – Hace más de 200 años, la mayoría de América Latina alcanzó su independencia.

Sin embargo, sus pueblos fueron divididos, agredidos, intervenidos, subdesarrollados y saqueados hasta que el pensamiento y la acción de hombres consagrados a la libertad y la dignidad, desencadenaron movimientos revolucionarios que rindieron culto permanente a la solidaridad humana.

Hombres que decidieron cumplir con hechos, y no con palabras, la voluntad de quienes soñaron un día para nuestros pueblos una Patria Grande.

Hombres que vieron a todos los latinoamericanos y caribeños como hermanos, hombres llamados Fidel Castro Ruz y Hugo Chávez. Avizoraron el siglo de la esperanza y zarparon con la misión de cambiar para siempre los destinos del continente.

La más hermosa alianza

Fue el 14 de diciembre de 2004 que resurgió la esperanza para Latinoamérica; primero se le llamó ALBA, como alternativa a los influjos de la injerencista ALCA, y unos meses antes de su quinto aniversario se le concibió como Alianza Bolivariana para los Pueblos de América.

Con un camino bien definido, construido sobre bases de integración, Venezuela, Cuba, Bolivia Nicaragua, Dominica, Honduras, San Vicente y las Granadinas, Antigua y Barbuda, y Ecuador han impulsado disímiles proyectos con estricto apego a la solidaridad.

La cooperación, el trato especial y diferenciado a los distintos niveles de desarrollo y la voluntad común de avanzar todos de conjunto conforman la estrategia del ALBA, un sueño de Bolívar y Martí, materializado por Fidel y Chávez.

Unidad e independencia

La Alternativa Bolivariana para las Américas ha tenido que sortear no pocos obstáculos, pero la voluntad política ha permitido impulsar diversos proyectos que tienen como centro al hombre. Precisamente, por sus preceptos profundamente humanistas se vislumbra como el camino certero para la verdadera integración regional.

A 18 años de su nacimiento, el ALBA celebrará esta semana su XX cumbre en La Habana para reafirmar la unidad y la independencia de sus pueblos.

El momento es oportuno para hacer un balance de los resultados de las acciones emprendidas a favor del desarrollo social, político y económico de los pueblos de América Latina y el Caribe, y trazar nuevos proyectos comunes.

Se trata de estar unidos, ahora más que nunca, para hacer frente a los designios imperiales y así asegurar el futuro de la patria grande.