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La Habana, Cuba. – Manuel Saumell Robredo, compositor y pianista, es considerado el “padre del nacionalismo musical cubano”.

Especializado en las contradanzas y en la adaptación de óperas y de canciones de otros artistas, se destacó no sólo por su labor como creador, sino además por su amplia actividad como intérprete, profesor y arreglista.

Llevó una vida muy agitada que le limitó un poco para componer. Sufrió muchas privaciones por su condición socioeconómica, por lo que fue un gran trabajador, muy sensible y exigente consigo mismo para alcanzar sus propósitos.

Manuel Saumell fungió como presidente de la Sección de Música de la Sociedad Filarmónica Santa Cecilia, y laboró en la fundación del Liceo Artístico y Literario de La Habana, del cual también fue presidente de su Sección de Música.

Irrepetible gestor de otros géneros

La sencillez de la escritura pianística de Saumell no le impidió desplegar una enorme variedad dentro de la estructura limitante de la forma de contradanza.

Cada una de las 45 disponibles de este compositor no tiene rival melódica ni rítmicamente; el tradicional contraste de humor entre sus dos secciones es siempre evidente.

Un estudio de su obra permitiría descubrir que en sus contradanzas se encuentran ya fijados, antes de haber transcurrido la primera mitad del siglo XIX, los perfiles y giros que dieron cuerpo, bajo diversos nombres y paternidades más o menos contestadas, al conjunto de patrones que alimentaría la cubanidad de un amplísimo caudal de música producida en nuestro país.

Manuel Saumell cumple este 14 de agosto 152 años de fallecido.

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