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La Habana, Cuba. – En los últimos días de julio de 1895, una columna del Ejército Libertador llevó una imprenta hasta la cueva de Sao Corona, en las sierras de Holguín; Antonio Maceo había dado la orden y la carga fue trasladada a lomo de mula.

El General tenía conciencia del rol de la propaganda en la política y la guerra y al respecto escribió: “La prensa es el instrumento más indispensable en la vida social”.

Días después, el 3 de agosto, en la cueva revivió El Cubano Libre, periódico que fundara Carlos Manuel de Céspedes durante la Guerra de los Diez Años; en su segunda etapa lo dirigió Mariano Corona Ferrer.

Con unas 100 ediciones, Maceo dijo de su fuerza: “El Cubano Libre es un cuerpo de ejército compuesto de 12 columnas, que se bate, se bate bien, diariamente por la causa de Cuba; y los españoles darían algo por darle una carga. Mucho ojo y aprieten”.

Maceo y la prensa

Poco conocida es la visión de Antonio Maceo sobre la prensa; de ella expresó que quería que mantuviera el principio de libertad en unos y lo fomentara en otros, que hablara de la cuestión social y económica y de la situación política de Cuba y España.

También esa prensa debía reflejar la esclavitud y sus conservadores, y las preocupaciones sociales entronizadas para gobernar la Colonia y hacer de ella mezquinas divisiones.

De El Cubano Libre manifestó: “En él escriben los que quieren y pueden hacerlo, sin que jamás haya impuesto mi criterio político a ninguno de sus redactores. Me estimo mucho para exponerme al reproche de los escritores que en ese semanario colaboran”.

El periódico trabajó desde diferentes locaciones durante la Guerra Necesaria, se publicaba los sábados y con apoyo de un dispositivo de correos era enviado a los territorios liberados.