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Hace hoy 63 años se abrió para Cuba una nueva era. Una Revolución –fruto de los anhelos de libertad de varias generaciones- emprendía entonces una gesta por el rescate de la dignidad nacional, la justicia social, el progreso.

Tras su victoriosa entrada a La Habana, Fidel advirtió: La tiranía ha sido derrotada.

La alegría es inmensa. Y sin embargo, queda mucho por hacer todavía. No nos engañemos creyendo que en lo adelante todo será fácil. Quizás en lo adelante todo sea más difícil.

Aquellas palabras fueron premonitorias. Duras batallas ha tenido que librar el proceso revolucionario cubano para tratar de vencer el subdesarrollo en medio del constante y tenaz hostigamiento de la gran potencia imperialista.

Muchas veces se ha presagiado el fin de la Revolución Cubana. Pero aquí está, contra viento y marea, fogueada, resistente. Acaba de superar un año que juntó muchas adversidades.

Otra pelea cubana contra los demonios

2021 dejó otra prueba de la estirpe de este pueblo. El rebrote de la COVID-19 puso todas las fuerzas en tensión para enfrentar los estragos de la pandemia del nuevo coronavirus.

Como en casi todo el mundo, la economía se paralizó. Pero Cuba, este pequeño país de escasos recursos, supo encontrar los caminos para contener la propagación de la enfermedad, con adecuada gestión epidemiológica, organización de los servicios de salud y aplicación de valiosos avances de la ciencia, sobre todo de nuestra industria biotecnológica.

En los laboratorios cubanos se crearon tres efectivas vacunas contra la COVID-19 y cerca de 40 naciones han contado con los saberes y el aliento solidario de brigadas cubanas.

En cambio, el gobierno de Estados Unidos mantuvo su escalada agresiva, sumando nuevas tensiones a un año inclemente.

Legítima opción socialista

Un año duro, de aprendizajes, donde la creatividad, el sentido de la resistencia de nuestro pueblo y las convicciones permitieron ir por encima de todas las agresiones.

Así calificó el presidente Miguel Díaz-Canel a un 2021 que acentuó escaseces y testimonió proezas libradas para mantener en pie un país que defiende como legítima la opción del socialismo.

Ésta es -como pidiera Martí- una tarea de grandes. Cuba estrena el 2022 con el reto de mantener el control de la epidemia; seguir reanimando la actividad económica y seguir trabajando con ahínco por la continuidad histórica de la Revolución Cubana.

Ésta que ha sabido sobreponerse a cercos, agresiones, amenazas y desaciertos, sostenida por un pueblo valeroso que desdeña a quienes se empeñan en truncar su rumbo.

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