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Para los padres, el llanto de su hijo indica hambre, sueño o pañal húmedo.

Sin embargo, psiquiatras de la Universidad de Brown han desarrollado un dispositivo que permite evaluar si detrás de las lágrimas hay algún tipo de desorden neurológico o fisiológico.

El sistema descompone el llanto infantil en secuencias de 12 milisegundos y se analizan su frecuencia, tono y volumen. A continuación se examina todo el conjunto, considerando los momentos de llanto y las pausas.

Tras 2 años de investigación, los expertos llegaron a algunas conclusiones, como que el llanto similar al de un gato puede ser indicativo de un Síndrome de Down.

Advirtieron que las diferencias entre el llanto de un niño sano y otro enfermo solo pueden ser detectadas mediante la tecnología adecuada, no mediante el oído humano. Con este estudio se pretende abrir una ventana en la detección de enfermedades infantiles.