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Pinar del Río, Cuba. – La naturaleza ha sido pródiga con muchos lugares de Cuba. Entre los escogidos se encuentra Viñales, un lugar de Pinar del Río cuyo pueblo recientemente fue seleccionado entre los más bellos del mundo.

Desde la Gran Caverna de Santo Tomás hasta los Llanos de Manaca, prevalece el color verde intenso de los pinares y otras especies maderables y frutales. En su interior se aprecia una avifauna capaz de enamorar con sus cantos a quienes escogen esos lugares para recrearse sin descuidar el medio ambiente.

Viñales posee una infraestructura hotelera que se suma a los propósitos de la isla de atraer más visitantes nacionales y extranjeros, y ofrecerles lo mejor de sus productos, muchos provenientes del propio campo.

Se trata de sitios de una singularidad muy especial, cuya postal encabeza el Valle, Paisaje Cultural de la Humanidad y encaminado a convertirse en geoparque.

Policromía maravillosa

Viñales fue un lugar desconocido de Pinar del Río y de Cuba. Una obra pictórica de Leovildo Ramos lo mostró en Nueva York y muchos lo felicitaron por su imaginación; sin embargo, el artista aclaró: existe y está en la región occidental de la Isla.

De ese modo, la zona inició su camino hacia la fama para convertirse en el lugar preferido de quienes caminan por sus calles, estremecidas años atrás por la caida de un meteorito.

En la interioridad de sus montañas está el Martí yacente, de cara al sol, visible desde un sólo punto de la carretera a la comunidad El Moncada, donde en la distancia se alínean tres montañas para dar forma al perfil del Maestro.

Ese es Viñales, donde la gente se saludan a cada mañana y el aroma del tabaco proveniente de sus vegas es bendecido por el quehacer de hombres y mujeres, herederos de la laboriosidad de sus padres.