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La Habana, Cuba. – El equipo Matanzas viste de rojo y amarillo la segunda Liga Élite del Béisbol Cubano, en la cual va cómodamente en el primer puesto de la tabla.

Sin embargo, esa noticia ha llegado acompañada de otro tema bien polémico: el fichaje o incorporación de jugadores cubanos con experiencia en ligas profesionales, incluido todo el sistema de la Major League Basebal.

A los ya convocados en otras ocasiones para las Series Nacionales: Arruebaruena, Mujica y Drake, el mentor yumurino sumó ahora al avileño Rusney Castillo, al camagüeyo Dariel Álvarez y al matancero José Amaury Noroña.

No faltan rumores sobre otros posibles nombres como Guillermo Heredia y algún lanzador de ligas profesionales del Caribe. ¿Bueno o malo está inserción? ¿Aplausos o críticas a esta gestión tan necesaria para la supervivencia del béisbol cubano?

Aplausos y reconocimientos

El fichaje de peloteros cubanos que han jugado en ligas profesionales para Matanzas hay que verlo desde la dimensión imprescindible de contar con los mejores peloteros en nuestros clásicos, vivan donde vivan, siempre que no hayan intentado o alentado acciones terroristas contra el país.

Ese debe ser el futuro y el mentor Armando Ferrer ha tomado las señas bien claras, lo cual lamentablemente no sucede así con otras provincias y autoridades, al margen del interés propio de los peloteros por retornar.

Matanzas es cierto que puede tener un trabuco hoy. Sin embargo, no es privativo de ellos, otros equipos y territorios están abiertos a tenerlos igual. ¿Por qué no lo han hecho? Muchas variables cruzan, pues hay más de 200 peloteros cubanos dispersos, desde edades juveniles hasta casi al punto de retiros. Y la Liga, si pretende ser verdaderamente Élite, le urge seguir abriendo puertas.