La Habana, Cuba. – La conductora de los Premios Panam Sports pidió decir ella el nombre del ganador en el apartado de Leyenda.
Cuatro candidatos luchaban por esta condición, cuatro nombres que reúnen en sus cuerpos y almas los más grandes premios olímpicos y mundiales. Mark Spitz, Thiago Pereira, Félix Sánchez y Javier Sotomayor. Pero solo uno podía ser el vencedor.
Con voz femenina se escuchó: Javier Sotomayor. Y el primero en abrazarlo fue el vallista dominicano, sentado a su lado. El Soto, vestido de impecable traje negro y acostumbrado a tantos reconocimientos, subió despacio al estrado y sonreía emocionado.
El residente de la organización deportiva continental, Neven Ilic, lo abrazó y le dijo apenas una frase: «Felicidades, te lo mereces«. Y el matancero, el cubano, el hombre que más alto ha saltado por su propia fuerza, agradeció el gesto con la sencillez de siempre.
Sotomayor no olvida a Cuba
Al recibir el Premio Leyenda de la organización deportiva continental Panam Sports, el cubano Javier Sotomayor expresó: Quiero aprovechar para agradecer a tantas personas, sobre todo agradecer a los votantes, a mis padres y a mis abuelos por ser los inspiradores de mi carrera deportiva, a cada uno de mis entrenadores que son los responsables de mis récords y medallas obtenidas, y agradecer a mi esposa e hijos por ser el sostén de mi día a día.
Los aplausos volvieron a estremecer el teatro de Miami, sede de la ceremonia. En el coctel de clausura se le acercaron muchos para una foto. A todos complació con delicadeza y sonrisas. Le pidieron entrevistas todas las cadenas de televisión acreditadas y cuando le volvieron a preguntar qué era lo más difícil a la hora de recibir el premio no titubeó: No olvidar a nadie, no olvidarme jamás de donde vengo, no olvidarme de Cuba.