Compartir

Vista aérea del Pico Cristal Foto: Juan Pablo Carreras/Cubadebate

Como elementos distintivos del patrimonio natural y cultural de cada país, las áreas protegidas pueden ser perdurables, con esfuerzos de protección, dedicación y conocimientos científicos.

En Cuba, lugares como el Parque Nacional Pico Cristal, Alejandro de Humboldt, la Ciénaga de Zapata o Guanahacabibes, tienen un alto valor ecológico y reconocimiento internacional.

También, aunque son pequeños espacios, la Paleocaverna de Bellamar, en Matanzas, o la más profunda caverna submarina del país atesoran valores naturales de importancia mundial, pues contienen amplia información sobre el legado geológico y evolutivo de la Isla.

Por ello, nuestro país cuenta con un Sistema Nacional de Áreas Protegidas, con la misión fundamental de conservar esos espacios, centrando su interés en la biodiversidad.

Garantía de la estabilidad ecológica

Paisaje costero del Parque Nacional Guanahacabibes, situado en el extremo más occidental del archipiélago cubano Foto: Rafael Fernández/ACN

El archipiélago cubano se caracteriza por su gran diversidad paisajística y ecológica, así como por la riqueza de algunos recursos naturales. Todos esos factores determinan el alto grado de exclusividad de su flora y fauna, lo que sitúa al país dentro de los puntos de mayor endemismo.

Expertos en el tema coinciden en que existen diversas amenazas, las cuales reafirman la necesidad de las áreas protegidas como sitios destinados a preservar y utilizar de forma adecuada esos valiosos recursos.

La destrucción y transformación de los hábitats, la introducción de especies exóticas o la caza y tala ilícita, son solo algunos ejemplos.

Hoy la meta es continuar reduciendo el ritmo de pérdida de todos los hábitats naturales, un compromiso importante que reafirma nuestra garantía de estabilidad ecológica.

Etiquetas: -