Compartir

La Habana, Cuba.- Amancer hoy con la noticia de su muerte estremece, porque Antonio, más allá de sus méritos periodísticos, era uno de esos cubanos que a todos nos gustaría conocer.

Malavé Matienzo, apellidos que redondearon sus notas durante una extensa trayectoria, fueron un referente para los amantes del deporte y un sello para esta emisora, a la que amó hasta el punto final.

La pasión por el mundo del músculo le llevó a desentrañar sus secretos y desandar sus caminos, para luego, con bondad absoluta, compartir cada experiencia acumulada con quienes comenzábamos a amar este oficio.

En cada torneo de lucha y pesas, en numerosas Vueltas a Cuba en bicicleta, pero también dando cobertura al paso de un ciclón o una marcha revolucionaria, dejó huellas de modestia, capacidad de superación, entrega infinita y profesionalidad. Y no hay mejor forma de recordarlo que con su ejemplo como bandera