Compartir

Roberto Cabrera Puerto se dedicó hace algunos años a tomar medidas de conservación del suelo. Foto: Tomada de Juventud Rebelde

Mayabeque, Cuba.- Roberto Cabrera Puerto, es de esos campesinos cubanos que no les gusta estar solos en su finca. No se trata de miedo, si no del acompañamiento de especialistas en ciencias para lograr mejores producciones.

Pertenece a la Cooperativa de Crédito y Servicios (CCS) Camilo Cienfuegos, del municipio Bejucal en la provincia de Mayabeque. Él se dedicó hace algunos años a tomar medidas de conservación del suelo en áreas de topografía alomada y pedregosa, experiencia que compartió en todo momento con especialistas del Instituto de Investigaciones Hortícolas, Liliana Dimitrova (IIHLD).

Asegura que el trabajo consistió en la recuperación y conservación de los suelos existentes en una parcela ubicada en la comunidad de Rio Hondo, en Bejucal, otorgada por la Ley-259 del Ministerio de la Agricultura.

Las lomas y las pendientes eran muy visibles y le resultó alocada la experiencia pero aseguró entre el 15 y el 25 por ciento como limitante para el uso agrícola.

El suelo presentaba gran pedregosidad de diferentes diámetros. El área se clasificó con pardos, carbonatos, erosionados y pedregosos, con muy baja profundidad efectiva y ausencia de materia orgánica.

El agricultor mayabequense no se detuvo y desarrolló con gran empeño el claro, al que debía instrumentar medidas de conservación y mejorar, para dedicarlos a la producción agropecuaria de viandas, algunas hortalizas, granos y como cultivos fundamentales, el fomento de frutales y árboles maderables.

A través del empleo de principios de una agricultura sostenible como lo es la biodiversidad prosiguió el esfuerzo con la puesta en práctica de medidas manuales para la recuperación de esos suelos.

El desvío de las escorrentías verticales a través de zanjas horizontales y la construcción de barreras muertas para disminuir la velocidad de las aguas de esas escorrentías a favor de la pendiente, fueron sus primerizas visiones logradas en la salvaguarda del terreno.

Insistió además en la siembra en contornos, siguió las curvas de nivel, incorporó abonos verdes y la aplicación de materia orgánica, entre otras.

Se logró entonces en Río Hondo la reincorporación de los suelos a la producción agropecuaria que permiten aportar alimentos sanos y frescos a la población del municipio.

Esa no es más que la experiencia del mayabequense Roberto Cabrera Puerto que al paso de los años se hace historia en Cuba cuando especialistas del IIHLD ponen ejemplos del mancomunado trabajo entre ellos y los campesinos que no le tienen miedo a la montaña.