
Foto tomada de Cubadebate
Una gran mayoría de los cubanos, en su isla o fuera de ella, experimenta estos días la sensación de un fuerte dolor compartido, más allá de la proximidad a las víctimas del desastre aéreo que enluta a la nación.
Ante lo irreparable de la ausencia física, allegados o no a sus familiares, nos preguntamos cómo ayudar de la mejor manera a quienes han perdido a alguno de sus seres queridos, sin engendrar más daño en su calidad emocional.
El psiquiatra Israel Fagundo Pino advierte sobre la normalidad del duelo, cuando las respuestas de la persona a su pérdida son esperadas y sus síntomas predecibles, pero su duración es variable de un caso a otro con posibilidad, incluso, de permanecer toda la vida.
Aunque su expresión es cultural, bajo las circunstancias reales del hecho o rasgos personales del doliente, explica, suele ser más difícil cuando la ausencia sobreviene de forma abrupta e inesperada.
Asumir el dolor
Precisa el doctor Israel Fagundo, que pese a la diversidad de reacciones posibles ante el duelo, una persona en ese tipo de situación no debe consumir psicofármacos sin prescripción médica, con la intención de aliviarse o sentirse mejor, pues es muy útil que vivencie su duelo para resolverlo.
En tanto es satisfactorio que se halle el espacio, para expresar sus sentimientos de pérdida y relaciones con la víctima, es imprescindible también proveer todo el apoyo emocional, individual o grupalmente, para fortalecer la adaptación.
Sin embargo, aclara el psiquiatra, si bien no hay nada negativo en mostrar la pena propia, cuando se busca apoyar a alguien, es mejor desechar las frases hechas o intentar restarle importancia a su dolor.
Mantener el contacto, ofrecer un abrazo o tan solo arrimar el hombro, pueden llegar a ser recursos valiosos, para ayudar a quien intenta asumir su duelo con dignidad.