La Habana, Cuba. – El gobierno cubano reafirmó su política de tolerancia cero hacia las drogas, en un contexto en el que enfrenta desafíos complejos derivados del tráfico internacional.
Oscar Manuel Silvera Martínez, ministro de Justicia y presidente de la Comisión Nacional de Drogas, sostuvo que aunque la presencia y el consumo en la isla son limitados, la situación global exige una respuesta fortalecida.
Explicó que la nación encara hoy mayores retos debido a la presencia internacional de sustancias narcóticas más diversas y potentes.
Silvera Martínez enfatizó en el enfoque preventivo y comunitario de la estrategia nacional, señalando que la Comisión Nacional de Drogas une todos los esfuerzos de la comunidad, las instituciones gubernamentales, las organizaciones de masa y la familia, para crear consciencia y rechazo.
Priorizan seguridad del pueblo
Desde el punto de vista del enfrentamiento al narcotráfico, el coronel Juan Carlos Poey, jefe del Órgano Especializado Antidrogas del Ministerio del Interior (Minint), precisó que Cuba, pese a no ser un país almacén, productor o de tránsito habitual, sufre continuos intentos de introducción ilícita, por vía marítima.
Identificó a Estados Unidos como el mayor emisor, especialmente de cannabinoides sintéticos.
Poey aportó datos concretos sobre la escala del desafío, donde en el último año se han detectado 72 operaciones provenientes de 11 orígenes diferentes.
Esta situación, según el coronel Poey, exige el perfeccionamiento constante de la tecnología y el personal, y alertó específicamente sobre el cannabinoide sintético conocido como “químico” o “papelillo”.
Una posición codiciada
La posición geográfica de la isla ubicada al sur de Estados Unidos y al este de México, separada de la península de Florida por el estrecho de la Florida es un factor clave en este fenómeno.
El primer coronel Ivey Carballo, jefe del Estado Mayor de Tropas Guardafronteras, recordó que es la posición estratégica de nuestra isla en la ruta de tráfico Sur-Norte la que provoca el uso de su espacio marítimo con fines de narcotráfico.
Destacó también, el papel de su institución y el apoyo incondicional del pueblo, que en ocasiones participa en labores de denuncia y recuperación de paquetes avistados en el mar.
Las autoridades insistieron en la idea de la importancia de la prevención social, el reforzamiento jurídico-policial y la cooperación ciudadana para enfrentar lo que definen como un flagelo sin cabida en los principios de la sociedad cubana.