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La Habana, Cuba. – Veinte años llevando vida, esperanza y solidaridad por el mundo, el Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias Henry Reeve es orgullo de nuestro país, que fiel al legado de Fidel, envía médicos y no bombas.

Hace dos décadas, Cuba creó una brigada denominada Fuerza Médica Henry Reeve para brindar ayuda a la población afectada por el devastador huracán Katrina en Nueva Orleans y fue rechazada por el Gobierno de los Estados Unidos.

El 19 de septiembre de 2005, Fidel constituyó el Contingente Internacional médico que lleva el nombre de aquel joven norteamericano que murió luchando por nuestra independencia.

El altruista ejército de batas blancas, dispuesto a luchar contra la muerte, ha demostrado que hay respuesta a muchas de las tragedias del planeta y que un mundo mejor es posible.

En defensa de la vida

Con gran profesionalidad y entrega, siempre en primera línea, el Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastre y Graves Epidemias Henry Reeve salva vidas en zonas olvidadas y de difícil acceso.

Durante estos años ese ejército de batas blancas han prestado asistencia médica en más de 50 países y atendido a más de 8 millones 45 mil personas.

La batalla contra el ébola en África Occidental, el cólera en Haití y la Covid-19, así como el apoyo a naciones que sufrieron el azote de grandes huracanes, terremotos e inundaciones son algunos de los momentos trascendentales de la colaboración médica cubana, humana obra que han intentado desacreditar.

Dos décadas de solidaridad, amor, humanismo y compromiso celebra el Contingente médico Henry Reeve. Sus integrantes son dignos guardianes de la salud y la vida.