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La más potente de las drogas estimulantes es la cocaína, muy peligrosa y altamente adictiva, por lo que su producción y comercio están penalizados.

Este narcótico es objeto de contrabando por parte de redes criminales internacionales, que promocionan la adicción en niños y jóvenes, y causan graves daños a los consumidores, a sus familias y la sociedad en general.

La cocaína es un peligroso estimulante del Sistema Nervioso Central y proviene de un arbusto sudamericano llamado Eritroxilon coca. La planta fue utilizada en el siglo pasado para elaborar tónicos y Coca Cola, pero cuando fue declarada ilegal, se suprimió de esos productos.

La cocaína generalmente aparece como un polvo blanco, o en forma de pequeños cristales, conocidos como crack, por el sonido crujiente que hacen al calentarlos.

Si te inicias, te esclaviza

La cocaína puede ocasionar graves daños a la salud desde la primera vez que se consume. Entre sus efectos inmediatos están la ansiedad, euforia, excitación, aparente disminución de la fatiga y falsa sensación de fortaleza física, así como aumento del deseo sexual.

De igual modo, las pupilas se dilatan y la presión arterial aumenta. En dosis mayores, la cocaína puede producir alucinaciones y delirios de persecución, y luego deja una profunda y peligrosa depresión.

Su consumo provoca mareos, vómitos y extrema palidez, y lleva a una rápida pérdida de peso, debilidad física, sinusitis y perforación del tabique nasal.

La cocaína rara vez se consume sola, lo que la hace más peligrosa, al acompañarse de drogas “porteras” como el alcohol y el tabaco, y algunos fármacos depresores que disminuyan la euforia.