Argentina.- Con el rostro visiblemente deteriorado tras un año de prisión, la dirigente de la organización Tupac Amaru, Milagro Sala, rindió declaratoria por una causa que impulsa el gobernador de la provincia argentina de Jujuy, Gerardo Morales, desde 2009.
La activista social reiteró que es una perseguida política, y que cuando sucedieron los hechos de los que se le acusa se encontraba en la localidad jujeña de Monterrico, trabajando con las cooperativas de construcción.
En varios momentos la defensa de la líder indígena ha reafirmado que ella no organizó esa manifestación, e incluso estaba lejos del lugar, en Monterrico, a 50 kilómetros de San Salvador.
Desde el Tribunal Oral Federal Uno de Jujuy, ante el auditorio, Milagro Sala declaró que la ira de Morales en su contra es porque es peronista, y porque decidió defender las banderas de la dignidad con Néstor Kirchner y Cristina Fernández.