Compartir

La Habana, Cuba.-  Fue el 4 de septiembre del año 1945 la fecha que marcó la vida de un gran hombre: Fidel Castro.

Ese día, el joven rebelde subió la escalinata de la Universidad de La Habana, donde pronto sería excelente estudiante, buen deportista y muy enérgico en la actividad política. Allí, en ese lugar -como él mismo dijo en más de una ocasión- se formó como revolucionario.

A la Universidad de La Habana entró Fidel como estudiante de Derecho, e inmediatamente comenzó a tener conciencia de la época y del deber, adquirió conocimientos, y descubrió su verdadero destino.

Junto al Alma Máter afianzó su convicción de que hacía falta luchar para que Cuba fuera libre, y emprendió el camino en busca de la independencia.

Una lucecita siempre encendida

Hace más de 70 años desde que Fidel subiera por la escalinata de la Universidad de La Habana.

Pasa el tiempo, y aunque hoy no está físicamente, para Cuba el Comandante en Jefe continúa como el eterno estudiante; y para los jóvenes, el inseparable compañero de aula. Con ese espíritu se mantuvo al lado de las nuevas generaciones, y se dirigía a ellas.

Me anima sobremanera tener presente a los que son hoy como nosotros ayer, aunque incomparablemente más cultos, más libres, más conscientes, afirmó en 2010.

Sin ser hijo de obrero, Fidel escapó de la riqueza y dedicó su vida a Cuba.

Es ese el mejor mensaje para los jóvenes desde nuestro líder, quien afirmara que si matriculara de nuevo en la institución académica lo haría en una carrera científica. Y al graduarse diría como Guayasamín: déjenme una lucecita encendida..