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La Habana, Cuba. – Para el Ministerio de Turismo de Cuba las manecillas del reloj no se detuvieron al ver partir a los últimos huéspedes hace poco más de tres meses, a causa del nuevo coronavirus, y se emprendieron labores de remozamiento para garantizar a los futuros clientes un mejor disfrute de sus instalaciones.

Además de apoyar con parte de sus centros recreativos y sus empleados el enfrentamiento a la Covid-19, el cese de las actividades permitió acometer un amplio proceso inversionista que incluye labores de remodelación y mantenimiento, ya casi concluidos.

Si brindar un servicio de excelencia es esencial para la recuperación y el fortalecimiento de un sector clave en la economía nacional, más importante es garantizar la seguridad y salud de los clientes.

De ahí que esta calma aparente también hizo posible la renovación de los protocolos de higiene a partir de las nuevas condiciones epidemiológicas.

El disfrute pleno dependerá de todos

En el turismo, la primera fase representa la apertura de sus actividades solo para el mercado doméstico, con limitaciones de ocupación y la capacidad normada en los servicios gastronómicos y recreativos.

Así, los cubanos ya comenzaron a disfrutar sus playas y hoteles desde el pasado 18 de junio, cumpliendo las orientaciones sanitarias, a la vez que las instalaciones del Campismo Popular reciben a sus primeros visitantes.

Juan Carlos García, ministro del sector, dijo que los protocolos adoptados están en concordancia con las indicaciones de la Organización Mundial de la Salud y la Organización Mundial del Turismo y cuentan con la asesoría del Ministerio de Salud Pública de Cuba.

El paso a la segunda fase en la capital, que en el turismo implica una mayor apertura, dependerá de cómo se comporte la situación epidemiológica y de la manera en que los habaneros cumplan con las limitaciones exigidas.