La Habana, Cuba. – En tiempos económicos convulsos, acrecentados por la pandemia global, la ilegal política que Estados Unidos sostiene hacia Cuba impacta, con mayor ahínco, en casi todos los sectores primordiales del país, entre ellos comercio interior.
Pérdidas por reubicación geográfica hacia mercados lejanos, que conlleva a incremento de los gastos de transportación y de los precios por compras a intermediarios, son consecuencias visibles del bloqueo.
Por ejemplo, el chícharo, uno de los granos que se distribuye como parte de la canasta básica normada, se pudiera adquirir en Estados Unidos, pero debido al cerco se compra en Canadá, transportándose solo dos veces al año.
Esa política igualmente entorpece el acceso a materias primas al sector no estatal, lo que repercute en la inestabilidad de productos para la venta y las limitaciones para el desarrollo del mercado mayorista.