La Habana, Cuba. – El sábado 25 de noviembre concluyó el encuentro “Conocer la habanera” en el patio de la Casa de las Tejas Verdes, un lugar excepcional para actividades de ese tipo, que ojalá los haga cotidianos.
La habanera es un género musical surgido en Cuba en la primera mitad del siglo XIX. Se considera que la primera en ser creada fue “El amor en el baile”, de un autor anónimo y publicada en el periódico literario habanero “La prensa” el 13 de noviembre de 1842. Puede ser instrumental, aunque normalmente es cantada. Es un género utilizado por grupos corales, bandas de música, tunas y rondallas.
El término “habanera” se suele relacionar con La Habana, capital de Cuba. Hay diversas opiniones sobre su origen, pero parece existir consenso sobre su origen cubano. Su ritmo recuerda la danza cubana, de la que bien pudo nacer con influencias del antiguo tango de España y Cuba según Samuel Salas. Como planteó el etnólogo cubano y Tercer Descubridor de Cuba, don Fernando Ortiz, “la verdadera historia de cuba es la de sus intrincadísimas transculturaciones”.
Después de las palabras del maestro Cecilio Tieles Ferrer, se dio paso a la música, la gran protagonista de la noche. La soprano Johana Simón, interpretó La perla, obra anónima del siglo XIX, La paloma de Sebastián Yradier, la habanera de la ópera Carmen de George Bizet, la habanera “dedicada a Alicia Alonso”, con versos de Ángel Augier, Bajo una enredadera de Carmelina Delfín y Habanera simple de Félix Guerrero; las obras fueron acompañadas indistintamente por el guitarrista Luis Manuel Molina y la pianista Susana Santos.
El segundo bloque estuvo protagonizado por el tenor Bernardo Lichilín y Daniela Dandicour en el piano e interpretaron: Veinte años de María Teresa Vera, La paloma de Sebastián Yradier, O sole mio de Eduardo di Capua, Bella mulata de Lázaro Gómez y Tú de Eduardo Sánchez de Fuentes.
Y para cerrar, por todo lo alto, la soprano Bárbara Llanes, acompañada al piano por Vilma Garrigó, cantó; Mírame así de Eduardo Sánchez de Fuentes, Al ingenio de mi papá de Ignacio Cervantes, María la O de Ernesto Lecuona, Ni tu ni yo de Eduardo Sánchez de Fuentes y la salida de Cecilia Valdés de Gonzalo Roig.
Alguien con acierto llamó a esta entidad del Miramar capitalino, Mausoleo de la Música Cubana. Esperemos que su pequeño colectivo de trabajadores reciba todo el apoyo que necesitan, para que espectáculos como este sean la norma y no la excepción en las noches habaneras, todos lo merecemos.