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Camagüey, Cuba.- Si hay un sector en Cuba que, ante el cambio climático y las tensiones económicas, necesita aportes innovadores es el ámbito agropecuario.

Tal principio está bien definido en Camagüey, donde la Delegación Provincial del Ministerio de la Agricultura posee 6 estaciones científicas y estrechas  alianzas con empresas locales, asociaciones técnicas y centros universitarios.

De ello da fe María Magdalena Artuñedo, jefa del Departamento de Desarrollo, Ciencia y Medio Ambiente, quien destacó entre los actuales proyectos el de Bosque–Ganadería–Ambiente, el cual promueve una forma más natural y eficiente de alimentación de la masa vacuna.

La búsqueda de soluciones en tiempos difíciles se materializa también con la obtención por parte de la Dirección Provincial de Suelos en Camagüey del Fertomil, una alternativa orgánica que ayuda a mejorar rendimientos agrícolas y sustituye químicos de importación.

Quehacer científico múltiple y articulado

El empeño de que la aplicación del conocimiento científico se traduzca en más alimentos para los cubanos se materializa también en la Estación Experimental del Instituto Nacional de Viandas Tropicales, existente en  Camagüey.

Allí el ingeniero Ihosvany Pimentel Cisneros, especialista en raíces y tubérculos, se enfoca específicamente en el cultivo del boniato con la introducción de clones resistentes a la sequía y las plagas.

Mientras, la filial agramontina del Instituto de Investigaciones de Ingeniería Agrícola indaga cómo desde el uso más eficiente del agua y un mejor manejo de los suelos es posible mitigar en la agricultura los efectos del cambio climático o adaptarse.

Igualmente la Estación Agroforestal, la de Pastos y Forrajes, la de Granos y otras entidades demuestran que con ciencia y compromiso social se puede avanzar hacia la resiliencia agrícola.