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Cuando le preguntaron el motivo contestó que se divertía muchísimo al ver a los testigos de sus accidentes discutiendo en el juzgado: “Un coche blanco se saltó el semáforo…”; “no, el que se lo saltó era un coche negro…”. La sociedad que emerge a finales del siglo XX tiene no dos, sino infinidad de facetas distintas. Depende del ángulo desde el se observe, pues la definición y las observaciones de un ingeniero diferirán de las que haga un economista o un político.

Tal vez por ello quienes tratan de esta cuestión hayan acuñado tantos términos para describir los diferentes aspectos de esta época: sociedad del conocimiento, sociedad de la información, sociedad interconectada, mundo digital, sociedad postindustrial, sociedad informacional, nueva economía, economía digital, y otros. El factor común a la mayor parte de esos términos es el vocablo “información”. Nunca, en la historia de la humanidad, ha existido tanta información disponible, a través de tantos medios, para tantas personas.

Una edición diaria del New York Times contiene más información de la que tendría un ciudadano promedio del siglo XVII durante toda su vida. En los últimos cinco años se ha generado más información que en los 5000 anteriores, y esa información se duplica cada cinco años. Se estima que en el año 2040 habrá 200 millones de libros distintos en el mundo. Aunque se construyera una biblioteca con capacidad para albergarlos, sería de muy poca utilidad: se necesitarían unos ocho mil kilómetros de estanterías para almacenarlos. La digitalización permite asimismo a esas tecnologías confluir con los medios de comunicación y sus contenidos. A consecuencia de ello, las industrias pueden converger en lo que cabe denominar el “Sector de la Información”. En los últimos años, ese sector ha llegado a ser el más pujante y su impacto económico es enorme -tanto en el nivel macroeconómico como en el empresarial- siendo conocido como Nueva Economía o Economía Digital.

Finalmente, esas innovaciones tecnológicas y económicas afectan y producen un cambio revolucionario en el conjunto de la sociedad. Esa sociedad transformada es la Sociedad de la Información y la Sociedad del Conocimiento. Desde su génesis, la sociedad del conocimiento es hija de polos opuestos. Nace de la simbiosis entre los grandes contratos de Defensa estadounidense -que están en el origen de la informática y de Internet- con el potencial creativo, innovador e individualista de Silicon Valley.

El ejemplo paradigmático y motor de la sociedad del conocimiento es Internet. Su modelo de red es también la estructura que mejor simboliza esta sociedad. Según Kevin Kelly: “El átomo es el pasado. El símbolo de la ciencia este siglo próximo es la red dinámica… La red canaliza el poder desordenado de la complejidad… La red es la única estructura que permite un crecimiento sin prejuicios o un aprendizaje sin guía… La red es la organización menos estructurada de la que pueda decirse que tenga estructura. De hecho, una pluralidad de elementos divergentes sólo puede guardar coherencia en una red. Ninguna otra disposición -cadena, pirámide, árbol, círculo, cubo- puede contener a la diversidad auténtica funcionando como un todo”.

La sociedad del conocimiento es una innovación catalizada por las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) donde el incremento en las transferencias de la información modifica la forma en que se desarrollan muchas actividades en la sociedad moderna. La sociedad del conocimiento emerge de la implantación de las TIC en la cotidianidad de las relaciones sociales, culturales y económicas de las comunidades, minimizando las barreras de espacio y tiempo que existen entre ellas, así como facilitando una comunicación ubicua.  La eficacia de las TIC, modifica en muchos sentidos la forma en la que es posible desarrollar actividades propias de la sociedad moderna. Pero veamos algunos antecedentes.

Los inicios del desarrollo teórico del concepto “Sociedad de la información” se sitúan en la década de 1960, como consecuencia de un proceso económico en el cual los sectores de producción agrícola e industrial perdieron su liderazgo en el desarrollo económico. En dicha década, el surgimiento acelerado del llamado “sector servicios”, comenzó a constituirse como el “tercer sector de la producción”.

El sociólogo estadounidense Daniel Bell introdujo la noción de la “sociedad de información” en su libro “El Advenimiento de la Sociedad Postindustrial”, donde formula que el eje principal de ésta será el conocimiento teórico, y advierte que los servicios basados en el conocimiento habrían de convertirse en la estructura central de la nueva economía y de una sociedad apuntalada en la información. Así, el concepto de “sociedad postindustrial”, indica la transición de una economía basada en la producción industrial y agrícola a una economía fundamentada en la producción de servicios. La producción de servicios proporcionó al conocimiento un estatus relevante en la cadena de valor económico, pues su crecimiento dependía directamente de las habilidades y destrezas de las personas encargadas de prestar los servicios. La calificación técnica y el conocimiento teórico y práctico del personal introdujeron la preocupación por el aprendizaje al interior de las organizaciones, instituciones y empresas desde una perspectiva económica. El procesamiento de la información aplicado a los diferentes momentos de la cadena productiva cambió cualitativamente el mundo del trabajo.

Todo ese avance tecnológico permitió establecer grandes redes de computadoras que compartían información, mantenían entre sí una comunicación simultánea, y ofrecían un sinnúmero de aplicaciones diversas. La digitalización y el procesamiento de la información se extendieron a todas las actividades económicas, sociales y culturales. El mejoramiento de la calidad en la prestación de los servicios fue uno de los factores que incidieron en el avance tecnológico. La generación, el almacenamiento, la distribución y el procesamiento de la información se constituyeron en nuevas actividades, que transformaron el trabajo y el empleo a nivel mundial.

Comúnmente se utilizan los términos sociedad del conocimiento y la sociedad de la información, ¿Son éstos intercambiables? La diferencia de la sociedad del conocimiento y la sociedad de la información radica en que la información no es lo mismo que el conocimiento. Siendo la información un instrumento del conocimiento, se compone de hechos y sucesos. El conocimiento es aquel que puede ser comprendido por cualquier mente humana razonable y se define como la interpretación de dichos hechos dentro de un contexto, encaminada a alguna finalidad. Una sociedad del conocimiento se diferencia de una sociedad de la información en que la primera sirve para transformar la información en recursos que permiten a la sociedad tomar medidas efectivas, mientras que la segunda solo crea y difunde los datos en bruto.

La noción de «sociedad del conocimiento» surgió en 1969 cuando el filósofo de la gestión empresarial Peter Drucker escribió el libro «La era de la discontinuidad» donde destaca la necesidad de colocar al conocimiento en el centro de la producción de la riqueza, y a su vez señalaba que lo más importante no era la cantidad del conocimiento, más bien su productividad. La Unesco, en particular, ha adoptado la expresión «sociedad del conocimiento», o su variante «sociedades del saber», dentro de sus políticas institucionales, desarrollando una reflexión en torno al tema, que busca incorporar una concepción más integral, no en relación únicamente con la dimensión económica. Un matiz en el debate, es la distinción entre sociedad del «conocimiento» o del «saber», términos ambos que proceden del término inglés knowledge society. La noción de saberes sugiere certezas más precisas, prácticas o de contenido tecnológico y analítico, mientras que conocimiento abarca una comprensión más global u holística.

En su libro de 1966 titulado “El Ejecutivo Eficaz», Peter Drucker acuñó el término «trabajador del conocimiento» y más adelante en su carrera consideró que la productividad del trabajador del conocimiento sería la próxima frontera del management. Unos años después, en 1969 Drucker, en su libro más conocido, La era de la discontinuidad, escribió una sección sobre “la sociedad del conocimiento”, basándose en los datos y proyecciones de Machlup. Drucker añadió que, a finales de los 1970, el sector del conocimiento generaría la mitad del PIB. En 1970, el tema del encuentro anual de la American Society for Information Science era “la Sociedad de la Información-Consciente”, y un artículo presentado trató sobre “el Advenimiento de la Sociedad de la Información”. En 1993, escribió su libro “La Sociedad post capitalista”, en el que destacaba la necesidad de generar una teoría económica que colocara al conocimiento en el centro de la producción de riqueza.

Para Drucker, las TIC, que acompañan a la sociedad de la información y la sociedad del conocimiento, están transformando radicalmente las economías, los mercados y la estructura de la industria, los productos y servicios, los puestos de trabajo y los mercados laborales. El impacto es mayor, según él, en la sociedad y la política, y, en conjunto, en la manera en que se ve el mundo y a las personas. Drucker señalaba que lo más importante no era la cantidad de conocimiento, sino su productividad. En ese sentido, reclamaba para una futura sociedad, para una sociedad de la información en la que el recurso básico sería el saber, que la voluntad de aplicar conocimiento para generar más conocimiento debía basarse en un elevado esfuerzo de sistematización y organización. La sociedad de la información viene a ser una consecuencia de la sociedad industrial. Esa tiene su auge en la industrialización de las ciudades, a consecuencia surge la necesidad de poder administrar la información, cuando surgen las computadoras.

El sociólogo catalán Manuel Castells señala que uno de los principales rasgos de la sociedad del conocimiento es precisamente la capacidad de innovar. A través de esa competencia se transforman los procesos y surgen los cambios. Castells identifica al interior de las empresas dos clases de conocimiento, uno tácito que se encuentra en los trabajadores como resultado de su experiencia laboral, y otro explícito que corresponde a la empresa y al conocimiento de sus procesos formales de gestión: “Los procesos de innovación se multiplican cuando las organizaciones son capaces de establecer puentes para transferir el conocimiento tácito al explícito, el explícito al tácito, el tácito al tácito, y el explícito al explícito. Al hacerlo, no sólo se comunica y amplía la experiencia del trabajador para aumentar el cuerpo formal del conocimiento de la empresa, sino que también puede incorporarse el conocimiento generado en el mundo exterior de los hábitos tácitos de los trabajadores, permitiéndose elaborar sus propios usos y mejorar los procedimientos tipificados”.

La Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información, realizada en Ginebra en el 2003, declaró que “la sociedad del conocimiento debe comprenderse no sólo como una sociedad que se quiere comunicar de otra manera, sino que busca compartir un saber. Desde esa perspectiva, se trata entonces de una sociedad del saber compartido y del conocimiento, que tiene en cuenta la pluralidad, la heterogeneidad y la diversidad cultural de las sociedades

Entre las características que definen una sociedad del conocimiento, cabría resaltar las siguientes: Consideran el conocimiento como un elemento fundamental para el desarrollo y el progreso; Hacen el acceso a la educación y el conocimiento más accesible; Potencian todas las tareas que tengan que ver con la identificación, la transferencia y el cuidado y la mejora del conocimiento; Usan las tecnologías de la información y las comunicaciones como herramienta para la transferencia del conocimiento y consideran el conocimiento un elemento fundamental para una mejora de la economía. Aunque dicha sociedad presente más ventajas que inconvenientes, cabe resaltar las dos caras de la moneda para valorar dicho concepto objetivamente. Por ello, a continuación, se exponen las principales ventajas e inconvenientes de las sociedades del conocimiento.

Entre esas ventajas, se destacan: Presentan una mayor tasa de alfabetización; Promueve la igualdad de oportunidades; Son más racionales y menos emocionales; Promueven un consumo y un desarrollo más ético; Tienden a presentar una oferta con un mayor valor añadido; La innovación y la mejora continua son herramientas que promueven un mayor desarrollo y Consideran la inversión en conocimiento un elemento fundamental para que esta sociedad sea posible, por lo que se promueve verdaderamente el desarrollo.

Entre los inconvenientes, conviene resaltar que: Suelen ser sociedades más frías y calculadoras; La diversidad de ideas, igual que promueve el debate, también promueve la fragmentación social; ¿Qué es conocimiento y qué no lo es?; La disputa suele generar tensiones en la población y Es complicado coordinar los equipos humanos de investigación.

Recuerden si me ven por ahí, me saludan.