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La Habana, Cuba. – Por esas cosas de la vida, nació y murió en el mes noviembre. Manuel Fajardo Rivero sólo tenía 30 años cuando fue herido de muerte en una ofensiva en el Escambray contra una banda de contrarrevolucionarios.

La pasión por la medicina –herencia de su madre, quien fue la primera mujer que dirigió un hospital en Cuba- lo llevó a estudiar la carrera y convertirse en un excelente médico cirujano, que pronto ganó el respeto y cariño de colegas en los hospitales capitalinos donde realizó la residencia, como el antiguo Emergencias, hoy Freyre de Andrade.

Pero hacía falta más. La salud y otros beneficios sociales tenían que llegar a todos por igual, y “Piti” se involucró en la lucha clandestina que lo llevó finalmente a la Sierra Maestra. Médico y combatiente de primera línea, Piti Fajardo llegó a ser nombrado responsable de arsenal de guerra y de contabilidad de los equipos. Luego, con el grado de capitán, segundo jefe de la Columna número 12 Simón Bolívar.

Derrotado Batista, Piti Fajardo regresó a Manzanillo para dirigir el hospital civil, y luego el militar de Santiago de Cuba. Ya Comandante, participó en tareas de la Reforma Agraria, erigió la ciudad escolar en el Caney de las Mercedes, y cumplió otras misiones. Sin embargo, la persistencia del enemigo para que no se concretara la Revolución, hizo que Piti Fajardo asumiera la limpia del Escambray, comandando las milicias campesinas.

En la medianoche del 29 de noviembre d 1960, en medio de una emboscada a un grupo de bandidos, Piti Fajardo ofrenda su vida muy cerca del cruce de las carreteras de Trinidad a Cienfuegos con la de Topes de Collantes. Allí, en su honor, se levantó una comunidad que lleva su nombre. En la despedida del duelo, nuestro líder histórico de la Revolución, Fidel Castro, aseveró: “te ganaste el cariño eterno de tu pueblo, de la generación presente y de las generaciones venideras”.

Fotos de Gardenia Companioni