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La Habana, Cuba. – Guerrero excepcional, inteligente y consciente de que la Revolución sería el camino para la soberanía cubana, el Mayor General José Marcelino Maceo Grajales era temido por las huestes españolas a quienes al oír su nombre temblaban.

126 años hace de su caída en combate en Loma del Gato, Santiago de Cuba. José Maceo, El León de Oriente, participó en las tres guerras por la independencia patria y en cada batalla dejó una lección imperecedera para la historia militar.

Fiero y combativo tenía como un imán para que los combatientes mambises lo siguieran en el campo de batalla.

Junto al Titán de Bronce inició José Maceo su trayectoria militar en el mismo 1868 y juntos pelearon como fieras contra la soldadesca española que temía cada vez que mencionaban los nombres de los Maceo.

La vergüenza del León de Oriente nos acompaña

El cronista de la Guerra de Independencia, José Miró Argenter, al manifestarse sobre José Maceo, El León de Oriente, lo describió así: José era a la vez que fornido, esbelto; gran tirador, manejaba el machete a la zurda y el revólver a la derecha; excelente jinete y muy rumboso.

El Generalísimo Máximo Gómez se refirió a José Maceo con bellas palabras cuando expresó: La Patria ha perdido con él uno de los mejores, más decididos y probados servidores. Murió derribado de su caballo para aparecer mañana más alto y hermoso en la historia de la Patria.

Al caer en combate, José Maceo tenía 47 años de edad.

En Loma del Gato, Santiago de Cuba, se recuerda con gran devoción al Mayor General que representa la vergüenza de todos los cubanos.