Compartir

El 24 de febrero de 1895 los cubanos reanudaron las luchas emancipadoras con un grito por la independencia, para dar comienzo a la última gesta libertaria contra el colonialismo español.

Ese alzamiento en el oriente cubano se inscribió en la historia como Grito de Baire, cuando Saturnino Lora y un grupo de patriotas se pronunciaron por la independencia de Cuba.

Aun cuando el suceso coincidió con otras acciones en diferentes partes de la mayor de las Antillas, el estallido de la Guerra del 95 en Santiago de Cuba, Guantánamo, Jiguaní-Baire, Manzanillo, Bayamo y Holguín, propiciaron el desembarco de los principales líderes del movimiento emancipador.

También, la consolidación de la llamada Guerra Necesaria, que dio continuidad al movimiento independentista, anticolonialista y antimperialista iniciado en 1868.

Guillermón Moncada, un grande entre los grandes

Aquel domingo 24 de Febrero de 1895, además de lo acontecido en Baire, otros valientes se unieron a la causa independentista.

Entre los cubanos levantados en armas en aquella jornada heroica, en franco desafío contra el colonialismo español, se encontraba Guillermón Moncada, un combatiente temido por su espada mambisa, y que por su heroísmo fuera admirado por los jóvenes con ideas independentistas de aquella época.

Aun cuando se encontraba enfermo con tuberculosis, Guillermón Moncada olvidó sus dolencias y se levantó en armas en las lomas del oriente cubano para cumplir con el deber sagrado con la Patria.

A pesar de su dolencia se fue a las montañas para, junto a otros amantes de la libertad, librar la también llamada Guerra Necesaria; 40 días después del alzamiento fallecía el inclaudicable mambí, a los 53 años.

El día de la continuidad histórica

El 24 de febrero de 1895 marcó un antes y un después en las luchas emancipadoras de Cuba, por ser el día de la continuidad de lo acontecido el 10 de octubre de 1868, cuando Carlos Manuel de Céspedes le dio la libertad a los esclavos.

La orden de alzamiento fue recibida por Juan Gualberto Gómez a principios de febrero, escondida dentro de un tabaco.

El día escogido fue el 24 de febrero para aprovechar los festejos de los carnavales de La Habana, y que no levantara sospechas el traslado y reunión de los patriotas; Juan Gualberto Gómez envió emisarios al interior del país con la propuesta para ponerse de acuerdo con los jefes de los grupos conspiradores.

El 24 de febrero es la fecha que da continuidad a lo acontecido después con el triunfo victorioso de la Revolución cubana.