La Habana, Cuba. – El marino y explorador neerlandés Cornelis de Houtman, nace en Gouda, el 2 de abril de 1565. Descubrió una nueva ruta marítima para unir Indonesia y Europa, y favoreció el comercio de especias en los Países Bajos. En una época en la que el Imperio portugués mantenía el monopolio en el comercio de especias, el viaje de Cornelis de Houtman representó para los neerlandeses una importante victoria simbólica, a pesar de que el viaje propiamente dicho fuera un auténtico desastre.
En 1594 un grupo de comerciantes fundan la “Compagnie van Verre” (compañía para el comercio a larga distancia) para viajar por el cabo de Buena Esperanza hacia Asia hasta donde fuese posible. El gobernador y los Estados Generales proporcionan el armamento de los barcos y les enseñaron los principios de la navegación navegantes. El 2 de abril de 1595, una flota de cuatro barcos —el Amsterdam, el Hollandia, el Mauritius y el Duyfken— zarpó de Texel, con Cornelis de Houtman. La expedición tuvo graves problemas desde el mismo momento de su partida. El cálculo de las provisiones requeridas no fue acertado y esas empezaron a escasear, y las tripulaciones se vieron afectadas por el escorbuto al cabo de pocas semanas. Hubo disputas entre los capitanes de los barcos y los comerciantes y algunos de ellos resultaron muertos y otros fueron detenidos a bordo. Durante una escala en Madagascar, que se había planeado breve pero que se prolongó más de seis meses hubo un importante número de fallecidos (la bahía donde estuvieron anclados se conoce ahora como el “cementerio neerlandés”). El 27 de junio de 1596 los navíos arribaron finalmente a Banten: de los 249 hombres que habían zarpado sólo una centena sobrevivió.
Los comerciantes portugueses instalados en Java introdujeron a Cornelis de Houtman en la corte del sultán de Banten, que pronto firmó un tratado de amistad con el príncipe Mauricio de Nassau (“Estamos contentos de tener una liga permanente de alianza y amistad con Su Alteza el príncipe Mauricio de Nassau, de los Países Bajos y con ustedes, señores”). Sin embargo, después, el jefe de la expedición se mostró poco diplomático e insolente con el sultán, y éste, ofendido, no les permitió que compraran especias, debiendo de regresar de vacío. A continuación, los barcos se dirigieron a la isla de Madura, pero sufrieron en ruta el ataque de los piratas. En Madura fueron recibidos pacíficamente por la población indígena, pero de Houtman ordenó a su tripulación, como represalia al ataque de los piratas, que atacaran y saquearan de forma sistemática las poblaciones de la costa. Siguieron hacia Bali, donde llegaron en febrero de 1597, consiguieron abastecerse de pimienta negra, que les fue proporcionado por el sultán. Durante el camino de regreso, los navíos portugueses impidieron que la expedición pudiera abastecerse de agua y provisiones en la isla de Santa Elena. Sólo 87 hombres consiguieron regresar a los Países Bajos.
A pesar de que la expedición de Cornelis de Houtman fue un evidente fracaso, representa el inicio de la colonización neerlandesa en Indonesia. En los siguientes cinco años, 15 flotas neerlandesas con 65 navíos viajaron desde los Países Bajos hacia Indonesia y en 1602, se creó la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales, y los neerlandeses terminaron asumiendo el control por completo del comercio de especias en el océano Índico.
Cornelis de Houtman, muere en Aceh, Sumatra, Indonesia, el 1 de septiembre de 1599.