La Habana, Cuba. – La química norteamericana Alice Augusta Ball, nace el 24 de julio de 1892 en Seattle, Washington, Estados Unidos. Desarrolló un extracto de aceite inyectable que fue, hasta la década de 1940, el tratamiento más efectivo contra la lepra. Fue la primera mujer norteamericana de ascendencia africana que se graduó en la Universidad de Hawái con un máster. Ball estudió en la escuela secundaria donde se graduó con distinciones en ciencias en 1910. Posteriormente ingresó en la Universidad de Washington para estudiar Química. Al cabo de cuatro años de estudio obtuvo un bachelor’s degree en Química farmacéutica y Farmacia.
En sus estudios de postgrado en la Universidad de Hawái, Ball investigó la composición química y el principio activo del Piper methysticum (kava) para su tesis de maestría. Mientras trabajaba en su tesis, el Dr. Harry T. Hollmann, un médico asistente en el Hospital de Kalihi en Hawái, le pidió que le ayudase a desarrollar un método para aislar los compuestos químicos activos en el aceite de chaulmoogra, que se había utilizado para el tratamiento de la lepra con resultados variados. El problema era que la mayoría de los leprosos dudaban en tomar el aceite durante largos periodos de tiempo ya que era amargo y tendía a revolver el estómago. Ball desarrolló un proceso para aislar los ésteres de etilo de los ácidos grasos en el aceite de chaulmoogra para que pudieran ser inyectados, pero falleció antes de poder publicar sus resultados.
El químico de la Universidad de Hawái, Arthur L. Dean, continuó su trabajo y comenzó a producir grandes cantidades de extracto inyectable de chaulmoogra. En 1918, un médico de Hawái informó en el Journal of the American Medical Association de que un total de 78 pacientes habían sido dados de alta en el Kalihi Hospital después de haber sido tratados con inyecciones. El éster de etilo aislado fue el tratamiento recomendado contra la lepra hasta que se desarrollaron las drogas a base de sulfona en la década de 1940.
Alice Augusta Ball murió el 31 de diciembre de 1916 a la edad de 24 años. Cayó enferma durante sus investigaciones y volvió a Seattle para recibir tratamiento pocos meses antes de su muerte. En 1917 un artículo del periódico Pacific Commercial Advertiser sugirió que la causa de su muerte podría haber sido envenenamiento por cloro mientras impartía clases. Sin embargo, la causa real de su muerte se mantiene como desconocida, ya que su certificado de defunción original fue modificado para indicar que la tuberculosis fue la causa de su muerte.
La Universidad de Hawái no reconoció su trabajo durante casi 90 años. Finalmente, en el año 2000, la universidad le rindió homenaje dedicándole una placa con su nombre, situada sobre el único árbol de chaulmoogra del campus. Ese día, el vicegobernador de Hawái, Mazie Hirono, declaró el 29 de febrero como “el día de Alice Ball”, que se celebra cada cuatro años. En 2007 la Universidad de Hawái la galardonó de nuevo con la Medalla a la Distinción.