La Habana, Cuba. – Pedro de Mendoza y Luján, nace en Guadix, Granada, España en 1499 – Océano Atlántico cerca de las islas Canarias, 23 de junio de 1537) fue un militar de familia noble, caballero de Alcántara desde 1524, almirante y conquistador español, nombrado por el emperador Carlos V como el primer adelantado del Río de la Plata y como gobernador de la Nueva Andalucía. Una vez en Sudamérica, cumpliendo el mandato de adelantado, erigió la primigenia urbe rioplatense-paraguaya, convirtiéndose así en el fundador de la primera ciudad de Buenos Aires, el 3 de febrero de 1536, la cual duraría unos cinco años.
El 24 de agosto de 1535 Mendoza zarpó del puerto de Sanlúcar de Barrameda al mando de su expedición, compuesta entre 11 y 14 naves y aproximadamente 3000 hombres. El emperador había entregado a Mendoza, además, 3000 ducados y otro importante adelanto en metálico que el conquistador debía trasladar hasta el Río de la Plata. La expedición de Pedro de Mendoza se adentró en el Río de la Plata a mediados de enero de 1536 y desembarcó en la Isla San Gabriel, frente a la actual ciudad de Colonia del Sacramento. Luego de reconocer ambas costas del estuario rioplatense, Mendoza decidió establecerse en la margen derecha, en un sitio donde encontró fuentes de agua potable y una costa relativamente reparada.
El 2 ó 3 de febrero de 1536 (en Argentina oficialmente se toma como cierta esta última fecha), Pedro de Mendoza fundó sobre la margen austral del Río de la Plata, un puerto defendido por dos primitivos fuertes al que llamó Santa María del Buen Ayre, apelativo de la Virgen de los marineros de la isla de Cerdeña. En ese sitio se estableció junto con sus expedicionarios. Apenas instalados, los españoles descubrieron una gran hueste de indios pampas querandíes, de al menos 3000 hombres, a los que dieron obsequios y alimentos. Pero a poco de llegar, los graves problemas comenzaron: la ciudad estaba establecida en una zona baja e inundable, pantanosa e insalubre, desde la que los mosquitos propagaban enfermedades y epidemias. El maltrato de algunos españoles a los indígenas motivó que esos dejaran de frecuentar el campamento.
La falta de comida obligó al adelantado a enviar guarniciones en todas direcciones a buscar alimentos para paliar la hambruna, pero las mismas fueron inmediatamente atacadas por partidas de indígenas pampas. Deseoso de terminar con el problema, don Pedro envió un ejército comandado por su hermano Diego de Mendoza para atacar a su vez a los pampas. Ambos bandos se enfrentaron en el «Combate de Corpus Christi», el 15 de junio de 1536, cerca de la Laguna de Rocha y del emplazamiento del actual partido de Esteban Echeverría de la provincia de Buenos Aires. En el enfrentamiento los indios vencieron y exterminaron a dos tercios de las tropas españolas. El éxito de ese combate dio confianza a los querandíes, que comenzaron a atacar con más y más frecuencia la ciudad, impidiendo que los españoles saliesen de sus refugios para conseguir alimentos. De esa forma, a la enfermedad y la violencia se sumó la inanición como causa común de muerte entre los conquistadores. A finales de junio los indígenas reunieron un gran ejército, de 23? mil lanzas según relata el biógrafo de la expedición Ulrico Schmidl, entre querandíes, barenis o guaraníes, zechuruas o charrúas y zechanáis o chanás-diembús o timbús. Tras fracasar en asaltar sus defensas se dedicaron a asediarla.
Finalmente, en diciembre de 1536 los querandíes consiguieron por primera vez vulnerar las defensas de la ciudad, penetrar en ella e incendiarla, provocando su destrucción total. Pedro de Mendoza y algunos españoles consiguieron escapar a la matanza que siguió, y debieron encaminarse al norte para refugiarse en el fuerte de Corpus Cristi –en la actual provincia argentina de Santa Fe– que había sido establecido sobre el río Carcarañá diez años antes por Sebastián Gaboto. Desde allí, Mendoza envió una pequeña partida al mando de su lugarteniente Juan de Ayolas hacia el norte, reconociendo las orillas del río. Ayolas, acosado por las pestes, el hambre y los continuos ataques de los indios, no pudo cumplir con la tarea encomendada y, derrotado, regresó a Sancti Spiritu. Mendoza, descorazonado por las malas noticias de su hombre de confianza, y sintiéndose enfermo y desanimado, delegó el mando del fuerte a Francisco Ruiz Galán hasta que Ayolas regresare y decidió embarcarse rumbo a España el 22 de abril de 1537. Buenos Aires volvió a ser reconstruida con posterioridad, luego de zarpar Mendoza hacia España, pero finalmente fue despoblada e incendiada por sus 350 habitantes a finales de junio de 1541, decidiendo marcharse hacia el norte a la ciudad de Asunción
Ya muy enfermo, Pedro de Mendoza y Luján murió en alta mar durante su viaje de regreso a España, (posiblemente de sífilis) cerca de las Islas Canarias, el 23 de junio de 1537. Su cuerpo fue arrojado al mar.