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La Habana, Cuba. – El Lunar Prospector fue una sonda espacial destinada al estudio de la superficie de la Luna. Fue lanzada desde Cabo Cañaveral, Florida, Estados Unidos, el 7 de enero de 1998, mediante un lanzador del Athena II. Fue una nave de las denominadas “micro-sonda” debido a su poco peso y mínimos gastos de explotación y planeada para continuar y completar los estudios efectuados por la sonda Clementine así como por la asociación ALPO de los polos lunares.

La sonda tenía una masa de 158 kilogramos, con 296 con el combustible, organizada alrededor de una estructura cuadrangular de 14 x 12 decímetros de la que surgen tres mástiles de 25 decímetros con la misión de alejar los sensores del cuerpo principal. Llevó un espectrómetro de rayos gamma -GRS-, encargado del rastreo de elementos químicos el torio, potasio, hierro, uranio, oxígeno, magnesio, silicio, aluminio, calcio y titanio.

También transportó un magnetómetro -MAG- con la misión de medir el flujo superpuesto de tres campos magnéticos: el terrestre, el que arrastra el viento solar y el propio de la Luna. El reflectómetro de electrones -ER- se encargó de medir el campo magnético de la superficie lunar, el espectrómetro de neutrones -NS- buscó la existencia de hielo mediante la presencia de hidrógeno. Su espectrómetro de partículas alfa -APS- midieron la presencia de los gases radioactivos, sobre todo del radón y el polonio que escapan del interior de la Luna y por último el experimento Doppler sobre gravedad -DGE- permitió afinar sobre el modelo actual de campo gravitatorio lunar.

Algunos de esos experimentos fueron realizados a sólo 10 kilómetros sobre la superficie lunar, permitiendo con ello una mayor exactitud en sus resultados.

Durante muchos años se pensó que en la Luna no existía agua. Sin embargo, el 5 de marzo de 1998 la sonda Lunar Prospector envió datos a la Tierra anunciando la más que probable existencia de agua helada en los cráteres de ambos polos de la Luna. Ese hallazgo abrió una nueva era en los viajes a la Luna y hizo pensar en la posibilidad de establecer bases lunares.