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La Habana, Cuba. – El empresario y presidente de IBM, Thomas John Watson nace en Campbell, el 17 de febrero de 1874 y muere en New York, el 19 de junio de 1956. Fue quien supervisó el crecimiento de la empresa hasta convertirla en una multinacional (entre los años veinte y los años cincuenta del siglo XX). Desarrolló un efectivo estilo de dirección y la convirtió en una de las empresas más efectivas en ventas gracias a las tarjetas perforadas que fabricaba.

La IBM Automatic Sequence Controlled Calculator (ASCC), más conocido como Harvard Mark I, fue la primera computadora electromecánica, construido en IBM y enviada a Harvard. Tenía 760 000 ruedas y 800 kilómetros de cable con más de tres millones de conexiones, se basaba en la máquina analítica de Charles Babbage. Empleaba señales electromagnéticas para mover las partes mecánicas. Esa máquina era lenta (tomaba de 3 a 5 segundos por cálculo) e inflexible (la secuencia de cálculos no se podía cambiar); pero ejecutaba operaciones matemáticas básicas y cálculos complejos de ecuaciones sobre el movimiento parabólico. Funcionaba con relés, se programaba con interruptores y leía los datos de cintas de papel perforado.

El concepto original fue presentado a IBM por Howard Aiken en noviembre de 1937. Después de un estudio de factibilidad realizado por los ingenieros de IBM, el presidente de la compañía, Thomas Watson, aprobó personalmente el proyecto y su financiación en febrero de 1939. Aikenhabía buscaba una empresa para diseñar y construir su calculadora a principios de 1937. Después de dos intentos rechazados, se le mostró un aparato que el hijo de Charles Babbage había donado a la Universidad de Harvard 70 años antes. Eso le llevó a estudiar a Babbage y a añadir referencias de la máquina analítica a su propuesta; la máquina resultante «llevó principios de la Máquina Analítica de Babbage casi a plena efectividad, al tiempo que añadió nuevas características importantes”.

El ASCC fue desarrollado y construido por IBM en su planta de Endicott y enviado a la Universidad Harvard en febrero de 1944. Comenzó a hacer cálculos de la Oficina de la Marina de Estados Unidos en mayo y fue presentado oficialmente a la universidad el 7 de agosto de 1944, donde obtuvo un gran éxito. Mark I era una máquina de grandes dimensiones, medía unos 15.5 metros de largo, unos 2.40 metros de alto y unos 60 centímetros de ancho y pesaba aproximadamente unas cinco toneladas. Disponía de unas cubiertas de cristal que permitían que se visualizara toda la maquinaria de su interior.

La Mark I recibía sus secuencias de instrucciones (programas) y sus datos a través de lectoras de cinta perforada de papel y los números se transferían de un registro a otro por medio de señales eléctricas. Los resultados producidos se imprimían usando máquinas de escribir eléctricas o perforadoras de tarjetas. Aunque tenía componentes electromecánicos era una máquina automática eléctrica. Era capaz de realizar cinco operaciones aritméticas (suma, resta, multiplicación, división y referencia a resultados anteriores). Su interior estaba compuesto por 750 000 piezas de diferentes variedades (ruedas rotatorias para los registros, relevadores y otros).

Estaba compuesta de más de 1400 interruptores rotatorios de diez posiciones en el frente de la máquina para visualizar los valores de los registros constantes que se le introducían. Además de los registros constantes la máquina contenía 72 registros mecánicos. Cada uno de los registros mecánicos era capaz de almacenar 23 dígitos, los dígitos que se usaban para el signo era un 0 para signo positivo y un 9 para el signo negativo.

La posición de la coma decimal estaba fija durante la solución de un problema, pero podía ajustarse previamente de manera que estuviera entre dos dígitos cualquiera. La máquina contaba también con mecanismos que permitían efectuar cálculos de doble precisión (46 decimales), mediante la unión de dos registros, en una forma análoga a la máquina analítica de Babbage.