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La Habana, Cuba. – La Habana del 21 de noviembre de 1921 recibió por segunda vez al dramaturgo, poeta, novelista, cuentista, ensayista y periodista español, Ramón del Valle-Inclán, uno de los autores esenciales de la literatura española del siglo XX.

El integrante de la Generación del Noventa y ocho venía de México y llegó sin ánimos de convites y conferencias; el mensuario Social publicó que, “por el contrario, recibió ataques de muchos de sus compatriotas porque decía la verdad, la verdad de lo que piensa y siente el pueblo español”.

Diario de la Marina censuró al renovador de la prosa castellana por las ácidas críticas que hacía a instituciones y autoridades españolas.

Ramón del Valle-Inclán visitó antes a Cuba en 1892, cuando permaneció casi ignorado en un ingenio cercano a Güines; se cree que vino cuatro veces a la Isla.

Autor de Tirano Banderas

Una vasta obra dejó Ramón del Valle-Inclán desde su primer libro, Femeninas, hasta el Baza de espadas, publicado póstumamente; pero fue Tirano Banderas. Novela de tierra caliente, el que la crítica catapultó entre sus mejores novelas.

Volumen de 1926, plantea el acontecer de la sociedad sudamericana a partir de la caída del despótico Santos Banderas, y es uno de los primeros ejemplos de la llamada “novela de dictador”.

De su pródiga autoría están también Sonatas, Aromas de leyenda, Cara de plata y Luces de bohemia, y en ellas se percibe la sátira amarga a la sociedad española.

Ramón del Valle-Inclán creó la técnica literaria “el esperpento”, descrita como examen de la deformación de la realidad, “acentuando sus atributos grotescos e incoherentes ahí donde los animales y las cosas se humanizan mientras que los seres humanos se animalizan”.