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Río de Janeiro, Brasil. – El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, anfitrión de la XVII Cumbre del Brics, saludó hoy efusivamente a su similar cubano, Miguel Díaz-Canel, con abrazo y apretón de manos que decían más que discursos.

El fundador del gobernante Partido de los Trabajadores ha visto en Cuba no solo un símbolo de firmeza, sino una voz insoslayable del Caribe y América Latina en foros multilaterales. Sin hablar, Lula dejó entrever con su saludo que Cuba, víctima de un bloqueo injusto por más de seis décadas, está aquí, de pie, hablando por muchos pueblos.

Mientras las grandes potencias del Brics —China, India, Rusia, Brasil y Sudáfrica— discuten monedas alternativas, transiciones energéticas y nuevos equilibrios globales, la presencia de Cuba recuerda que la geopolítica del Sur también se escribe con acentos insulares y caribeños.

El Brics rechaza aquellas medidas, como castigos económicos unilaterales y secundarios, las cuales «tienen profundas implicaciones negativas para los derechos humanos, incluyendo el derecho al desarrollo, la salud y la seguridad alimentaria de la población general de los Estados afectados».

Con información de PL