La Habana, Cuba. – Llegan los meses de verano y con ello, cientos de miles de personas colman, playas, montañas, y un sinnúmero de lugares. Todo eso está muy bien y es merecido, pero, siempre hay un pero, la Naturaleza sufre grandemente. Relacionado con este asunto es el libro que les comento hoy: “Rostros en peligro. Especies cubanas amenazadas”. editado por Julio A. Larramendi y Nicasio Viña Dávila en el año 2011 por Ediciones Polymita.
El acercamiento a la naturaleza, a su conocimiento y admiración. es el primer paso para entender la necesidad de su conservación. El ser humano se deslumbra ante la obra de sus ancestros. Muchas veces se mira con asombro una construcción que data de 3000 años de antigüedad. Sin embargo, no ocurre lo mismo, en muchas ocasiones, cuando se trata de la “vida”. La vida en la Tierra no siempre promueve el mismo respeto que lo construido por el hombre. No es común encontrar personas que se detengan a pensar en los millones de años de evolución de las especies cuando ven una hormiga caminar por su cocina.
Es necesario comprender que la urgencia de la conservación de la vida no es el resultado del sueño de admiradores de la naturaleza, sino una necesidad indispensable para la supervivencia de la especie humana. Lamentablemente no existe una percepción popular de la importancia de la flora, la fauna y los ecosistemas cubanos a nivel mundial.
La Organización Internacional para la Conservación seleccionó los “Puntos Calientes” o zonas de mayor importancia para la conservación de la diversidad biológica en la Tierra. Esas zonas constituyen 1.4% de la superficie del planeta, e incluyen 44% de las plantas y 35% de los vertebrados conocidos.
Muchas personas desconocen que una de esas zonas es el Caribe Insular., el cual tiene como particularidad su fragmentación natural, por ser islas, por su pequeño tamaño y por su alta densidad poblacional. Cuba es el archipiélago de mayor superficie, representa el 47% de toda la superficie del Caribe Insular. Eso significa que, de los 25 puntos de mayor importancia mundial, casi 50% del área a proteger está bajo nuestro cuidado; y la inmensa mayoría de los cubanos no estamos conscientes.
Las cifras de la biodiversidad cubana son impresionantes y pueden convencer al más escéptico de su valor. El Instituto de Recursos Mundiales ubica a Cuba en el lugar 15, entre más de 200 países, por la importancia del número de especies endémicas de plantas existentes en el pais. Los vertebrados presentan similar comportamiento; los anfibios se ubican en el lugar 17, los reptiles en el 14 y las aves en el 23. Esas cifras alcanzan más importancia si se considera la superficie de los países ubicados en las primeras posiciones, Australia y China.
Desgraciadamente ya en los bosques cubanos no se ve volar al guacamayo o al carpintero real y la situacion de muchas otras especies es dificil y requieren de la ayuda humana para sobrevivir. El gavilán Caguarero, el Carpintero Churroso, la Cotorra, el Manatí y las tortugas marinas, son ejemplos de especies que han sufrido los impactos de la accion humana.
El volumen está estructurado en dos grandes partes, una dedicada a los invertebrados (moluscos terrestres, arañas, escorpiones y otros parientes, libélulas, mántidos y fásmidos, mariposas y polillas y hormigas). La otra se dedica a los vertebrados (peces de agua dulce, anfibios, reptiles, aves y mamíferos), la información que aparece en cada uno de los capítulos fue brindada por un especialista reconocido en esa temática e ilustrada con fotografías de alta calidad tomadas en el hábitat natural de las especies por Larramendi.
Si la consulta de este libro impide que usted estando en la playa tire una colilla de cigarro o una bolsa de plástico en la arena; o quiebre la rama de un árbol o arranque una flor de una planta cuando pasea por el campo o la ciudad, el esfuerzo de los especialistas que colaboraron en esta obra habrá servido. Cuento con usted para salvar a muchas especies que depende n de nuestro compromiso, realmente no es dificil, solo hay que proponérselo. Con esto termino, y recuerde que si me ven por ahí me saludan.