La Habana, Cuba. – Me siento un hombre dichoso en los últimos tiempos, siguen llegando a mis manos préstamos y regalos de verdaderas obras de arte, en este caso es el libro “Colección de vistas de los principales ingenios de azúcar de la isla de Cuba” de Justo Germán Cantero, dibujado al natural y litografiado por Eduardo Laplante,el cual forma parte de la colección facsimilar Raros y Valiosos, de la Biblioteca Nacional José Martí, la Oficina del Historiador de La Habana y la Casa de Altos Estudios Don Fernando Ortiz de la Universidad de La Habana, editado en el 2011 por la Editorial Boloña.
El volumen es una reimpresión de las separatas publicadas entre los años 1855 y 1857 y es sin dudas, el más valioso aporte bibliográfico y artístico que salió de las prensas cubanas en el siglo XIX. El momento era propicio para la publicación de la obra, Cuba era la primera productora mundial de azúcar desde el primer cuarto del siglo XIX.
La obra debe valorarse en dos aspectos fundamentales: como obligada obra de consulta para la historia de la industria a mediados del siglo XIX, especialmente sobre los ingenios de mayor importancia en la Isla, con sus respectivas descripciones técnicas, cifras estadísticas de producción y mano de obra. Como libro de arte debe ser estimado por su colección de litografías iluminadas a mano o en blanco y negro, que son las más hermosas y detalladas realizadas en el país.
Este hermoso material tuvo una lenta elaboración en los años en que se editó, por el tiempo empleado en la realización de los dibujos tomados del natural, del pase de éstos a las piedras litográficas y la impresión y tirada de sus estampaciones, compilación de los textos técnicos e impresión tipográfica, además de la documentada introducción.
Debe agradecerse la idea de traer al siglo XXI este libro del siglo XIX por la información que brinda de la que fue durante siglos la primera fuente de riquezas del país, los datos que brinda sobre esa industria y la exquisita calidad de las imágenes. En resumen, es un libro lindo, que por el solo hecho de hojearlo brinda un gran goce, ayuda a romper el mito de que los libros de ciencias o economía tienen que ser sosos y aburridos.
Si tiene la oportunidad estar cerca de este libro, no dude de tomarlo en sus manos y como mínimo mire sus láminas. Y con esto termino, Ah, y recuerde, si me ve por ahí me saluda.