La Habana, Cuba. – El Che, con el singular modo de aglutinar que lo caracterizó nos trajo incontables veces a la reflexión durante el 95 aniversario de su natalicio.
Así sucedió cada mes de 2023 hasta llegar a completar un peculiar ciclo de encuentros que dará como resultado la compilación y publicación de las ideas expuestas y debatidas con vehemente responsabilidad. La proyección de los intercambios es resultado del encomiable trabajo de investigación del Centro que lleva su nombre, desde donde se ha pretendido que las jornadas académicas den como resultado un producto digital que muestre la perenne renovación del pensamiento guevariano, interpretado por cada uno de los actores que de una manera u otra han hecho cátedra a través de la obra revolucionadora de la conciencia humana, y que atraviesa ya tres cuartos de siglo.
A través de este fenómeno académico y de síntesis antropológica será posible apreciar la diversidad de enfoques de los últimos 60 años. Y es que este hombre, indudablemente con más intenciones de hacer que de trascender, caló en la dimensión política-ideológica de cuatro generaciones en perenne Revolución y aún sigue inspirando la polémica como herramienta para legitimar vigencia y pertinencia de su pensamiento, en comunión de significados.
La instalación cultural y de profundización del legado del guerrillero ha resultado el escenario natural por excelencia para debatir «a camisa quitada» las disertaciones propuestas por los destacados estudiosos que con respeto al “todos y no al yo” han hecho gala del altruismo y la maestría pedagógica.
A los encuentros no han faltado Aleida March y su hija Aleidita, siempre certeras, elocuentes, directas y sagaces, en capacidad de certificar —mediante una cubanísima forma de decir— las vivencias que le otorgan el protagonismo militante.
El pensamiento político del Che y la transición en el periodo revolucionario; la cultura del debate y los métodos de dirección de la economía; el socialismo y la democracia; el pensamiento económico y su importancia para las transformaciones actuales, han sido los temas discutidos con de denodada vocación Guevariana.
El último de los encuentros contó con una exposición genuinamente profesional, a modo de ver del periodista, una clase magistral para tratar temas de profundo sentido y significado económico, atemperados a una etapa crucial de la construcción del socialismo cubano.
José Luis Rodríguez García, un hombre de ética e inamovible moral, académico cubano, Licenciado en Economía, Doctor en Ciencias Económicas, Investigador Titular, Profesor Titular, Profesor de Mérito. Ministro de Economía y Planificación de Cuba en los años más duros del llamado Período Especial. Vicepresidente del Consejo de Ministros y miembro del Consejo de Estado. Miembro del Consejo Científico del Instituto de Relaciones Internacionales «Raúl Roa Kourí» y Especialista en Economía Cubana y Relaciones Económicas Internacionales, introdujo el tema este 7 de julio.
En pocos minutos el destacado académico logró ubicar al auditorio en el contexto que circundó los primeros años de la Revolución, hasta demostrar con evidencias concretas la enorme complejidad que condujo a cristalizar el pensamiento económico del Che. Narró con delicada elocuencia una etapa cargada de desafíos. Tal es el caso de las ideas arrastradas de la sociedad capitalista y que se anclaron a la construcción de un nuevo paradigma político-económico; el conflicto entre la reproducción material de la existencia y la necesidad de crear una nueva mentalidad en los hombres; la importancia de la política económica y social para rebasar el conflicto y; el factor de mayor complejidad: ¿cómo superar estos momentos?
Contradicciones profundas para su tiempo fueron interpretadas desde la visión de Che, fluyeron las palabras y a través de ellas se comprendió sobre la interpretación de la ley del valor y el papel de la consciencia en la transición, uno de los tópicos más tergiversados en la proyección de Ernesto Guevara. A su vez, las relaciones monetaria mercantil y su objetivación; el nivel de desarrollo de las fuerzas productivas; el determinismo para validar el papel del hombre frente a las relaciones de producción; la presencia de un aislamiento económico relativo entre los productores y el alcance de los resultados de la producción a la sociedad desde el concepto de colectividad por encima del individualismo; la no existencia de la propiedad privada sobre los medios de producción y la no negación del mercado.
José Luis, con certezas acuñó la visión crítica al futuro de la URSS ofrecida tempranamente por el Che, quien predijo en 1966: “se está recreando al capitalismo”.
No dejaron de tratarse la planificación como forma de lograr la participación de las fuerzas productivas en relación con las relaciones de producción, como forma de ser y existir de la sociedad socialista. Especial dedicación ofreció a la carta del Che a Fidel en marzo de 1965. Errores de la política económica… crecimientos económicos imposibles de alcanzar debido a deficiencias en la planificación y que hoy persisten en nuestra concepción de la economía.
Rodríguez apuntó ejemplos concretos para ilustra ideas trascendentales en la “objetivación” de la economía cubana actual: “después de la pandemia debíamos comenzar la recuperación con un 6% planificado, sin embargo se logró alrededor de un 1.5% en los últimos dos años”. Y sentenció “es básico entender cuáles son los preceptos del Che para entender las falencias de hoy día”.
Las reflexiones de la mañana alcanzaron el punto máximo al ser planteadas por el ponente algunas de las contradicciones que se manifiestan en la conceptualización del modelo económico de 2016, en el que se establecen como preceptos: “no se permite la concentración de la propiedad y la riqueza en personas naturales o jurídicas no estatales”; “el estado reconoce el Mercado y lo integra al financiamiento del sistema de dirección planificada de la economía…”.
Luego, las valoraciones en la práctica cotidiana indican la necesidad de volver una y otra vez al Che y Fidel cuando esbozaban en su proyección de la economía: “Nuestros mayores errores son el subjetivismo y los bandazos” (…) “La compensación de los efectos nocivos del mercado, como decisión política indispensable, frente a la diferencia social no proviene de la especulación y el mercantilismo entre otros efectos negativos”. “La participación popular en la toma de decisiones y el control como elemento esencial de la democracia socialista es una necesidad”. “El consenso es necesario para la regulación consciente del mercado”.
Finalmente, el destacado economista enfatiza: “A la gente hay que darle participación, hay que explicarle —según Fidel— tantas veces como sea necesario, tiene que haber discusión popular. Profundizar en la educación política práctica, en la creación de una nueva consciencia social; recuperar el papel de la emulación como concepto y como estímulo a la mayor consciencia social; el trabajo.
José Luis Rodríguez destacó la vigencia del pensamiento de Fidel al grado de valorarlo como trascendente para los tiempos que corren. Por igual, enfatizó en la necesidad del estudio del pensamiento de Fidel y el Che en universidades y escuelas del partido. “Las enseñanzas obtenidas en la historia económica de la revolución cubana y en la historia de la construcción del socialismo en otros países es vital estudiarlo porque las dificultades y errores no invalidan los ejemplos de lo que puede hacerse”, sentenció.
Sin dudas, el encuentro constituyó un referente en la interpretación de nuestra realidad actual, permeada por la confluencia de varios enfoques económicos, polémicos por sus resultados inmediatos en el bienestar de un pueblo que espera mucho de su socialismo guevariano y fidelista.
En la intelectualidad militante —de profundas bases revolucionará, teórica y metodológicas— andan galopantes las respuestas y el cause de los cambios económicos actuales. Una vez más, y durante el ciclo de encuentros, ha quedado demostrada la necesidad de volver al Che, a propósito de ser una entidad ideológica de magnetismo perdurable en el tiempo, en nuestro tiempo, el líder indiscutible del batallón de refuerzo.