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La Habana, Cuba.  – Con su mezcla de culturas, lenguas y etnias, el Caribe se reconoce por ser una región plural, pero a la vez dueña de una identidad común.

Por sus islas se inició el encuentro -o más bien el choque- de conquistadores europeos con las tierras de este lado del océano, y desde aquí partieron en busca de otros dominios continentales.

Las grandes metrópolis de entonces confluyeron en el Mar Caribe con sus ambiciones hegemónicas y desde el siglo XVI, diezmada la población originaria, miraron hacia Africa como fuente suministradora de mano de obra esclava.

Miles y miles de africanos de diversas etnias fueron arrancados de su tierra y traídos a las islas del Caribe. En ellas, defendieron su cultura, sus deidades, su idiosincrasia, como expresión de resistencia y libertad. Los pueblos caribeños están unidos por la historia, con retos y esperanzas afines.

Fusiones y resistencias

Hoy se celebra el Día de CARICOM y Cuba, instituido en recordación de la fecha en que hace cincuenta años los líderes de Barbados, Jamaica, Guyana y Trinidad y Tobago -recién proclamada su independencia- establecieron relaciones diplomáticas con Cuba.

Fue un acto valiente, una hermosa página de dignidad frente a la política de aislamiento impuesta a la Mayor de las Antillas por Estados Unidos.

Desde entonces, la Comunidad del Caribe y Cuba han entrelazado aún más sus raíces, conscientes de la necesidad de la cooperación y la integración.

Ese sentimiendo de hermandad y compromiso aflora con fuerza en la visita que realiza el presidente Miguel Díaz-Canel por tres países de la subregión. Acortar distancias, aunar empeños y complementar objetivos de desarrollo son prioridades de estos tiempos para los pueblos caribeños, con su historia hecha de fusiones y resistencia.

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