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La Habana, Cuba. – El proceso de debate y consulta popular del Código de las Familias ha expresado la dualidad entre un pensamiento conservador y el pensamiento progresista, aseveró la psicóloga y pedagoga, Patricia Arés.

En diáfano comentario para la audiencia de Radio Reloj, la profesora titular de la Facultad de Psicología de la Universidad de La Habana aseguró que tal dualidad se halla presente en cualquier ámbito social.

Figura, dijo, entre la tradición de las formas convencionales que consideran qué es la familia como garante del bienestar y la felicidad de los niños, niñas y adolescentes, y una justicia que se actualiza a tenor de los cambios sociales.

Según Arés, la atención entre los viejos órdenes y comprensiones, y la emergencia de nuevos imaginarios, muestra controversias entre formas supuestamente naturales o tradicionales de la familia y formas históricas de la institución familiar.

Un Código atemperado a los cambios

La alusión de la doctora Patricia Arés a las formas históricas de la institución familiar apunta a convenciones contextuales porque el Código de las Familias responde a la pluralidad, la diversidad y las realidades familiares; por ende, atemperado a los cambios.

Discrepancias sobre temas como el matrimonio igualitario; la responsabilidad parental versus patria potestad; y la gestación solidaria, han puesto contenidos y tensiones al positivo proceso creativo de una norma que se parezca más a lo que somos y a lo que decidamos ser como país, sentenció.

De acuerdo con Arés, lo anterior no constituye un problema social, sino que muestra cómo en ese devenir de discusiones y debates vamos adquiriendo visiones mucho más desarrolladoras de la familia que queremos.

Sobre otras posiciones encontradas en torno al Código de las Familias, volveremos en próximas emisiones.