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La Habana, Cuba. – La comunidad rural de Birán, en Holguín, atesora los primeros recuerdos de la vida de Fidel. Allí nació hace hoy 99 años, quien tendría reservado un lugar sobresaliente en la historia de Cuba y llegaría a convertirse en una figura política esencial en la segunda mitad del siglo XX en el mundo.

También en este día comienza en nuestro país el programa conmemorativo por su centenario, extensivo hasta diciembre del próximo año, para honrar su pensamiento imperecedero, de hombre íntegro, valiente, honesto.

Consciente de la radical transformación que necesitaba la sociedad cubana, Fidel supo sacudir la conciencia popular y conducir una Revolución auténtica, capaz de desafiar la persistente y obsesiva agresividad del imperio estadounidense. Confió siempre en los valores del pueblo, y con él al frente fue construyéndose una obra justa y noble.

Ideario inagotable

Hoy se evoca a Fidel, por sus cualidades de hábil político, visionario y estratega, idealista y pragmático; por su franqueza al reconocer errores; por sus discursos aleccionadores; por su reivindicación de las causas justas de los desposeídos del mundo.

En marcha con Fidel, este pueblo fue protagonista de pasajes luminosos y heroicos, para empinarse y vencer incontables escollos.

Queda entonces el compromiso raigal de seguir haciéndolo, frente a enormes desafíos actuales, con soluciones propias y audaces. Así lo enseñó el Comandante en Jefe. Y por eso esta Revolución no es efímera.

Los pueblos viven de la levadura heroica, sentenció José Martí, y en el ideario del Apóstol de nuestra independencia, y en el de su mejor discípulo -como en vital enlace- encuentra Cuba el catalizador para sostener lo conquistado y hacer que el tronco de la Revolución siempre retoñe.