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La Habana, Cuba. – Por primera vez en 15 meses, las imágenes muestran alegría en la Franja de Gaza. Los niños que sobreviven la masacre israelí fueron los primeros en salir a las calles para celebrar el acuerdo, alcanzado en una primera fase por Tel Aviv y Hamás.

El borrador del convenio, que hasta este miércoles no se había suscrito oficialmente, hablan de un alto el fuego junto a una liberación inicial de presos palestinos que sumarían unos mil, y la devolución de 33 reos israelíes en poder del grupo armado.

La segunda parte del acuerdo se sigue negociando y debe incluir la retirada de las tropas sionistas. Fuentes árabes aseguran que será total y Tel Aviv aduce que parcial: quedan puntos sin consenso. Pero los desplazados podrán volver a sus tierras en el norte y por fin se abrirán corredores para el socorro humanitario. Eso es un respiro para la población de Gaza.

Reclamo irresuelto

Todavía puede ser pronto para prever el saldo final de las negociaciones, que han durado casi un año, y durante las cuales Israel ha contado con el respaldo de Estados Unidos.

Ello le ha permitido dilatar un acuerdo y proseguir, impune, el genocidio en Gaza. Incluso, en las horas previas a la conclusión de esta parte del pacto, sus bombardeos dejaron 73 muertos que engrosan la cifra escalofriante de más 46 mil civiles asesinados.

Nadie confía en la palabra que pueda dar el premier Benjamin Netanyahu. En cualquier caso, el problema palestino no se ha resuelto.

El tenebroso capítulo del genocidio en Gaza ha colocado en los primeros planos la justeza de esa causa, y la necesidad de que se respeten sus territorios. Pocos en el mundo deben dudar hoy que Palestina tiene derecho a ser considerada un Estado. Pero eso aún no se ha logrado.

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