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La Habana, Cuba. – Luego de siglos de relegación política como vasallos coloniales y naciones mediatizadas, América Latina y el Caribe cobran fuerza como entes con personalidad propia en la esfera internacional.

Lo propician justamente los cambios internos de tono progresista, por un lado, y el nuevo balance global que se nos viene encima de manera inexorable. Y en medio de esa contienda, suelen aparecer los oportunistas de siempre. Aquellos que siempre nos vieron como segundones, y ahora como “un escalón más” para cumplir sus rutinas expansionistas y hegemónicas.

De un lado, Washington intentando vanamente consolidar lo que se les va inequívocamente de las manos, y del otro, una Europa Occidental que, escudera de Washington, también se reinteresa en sus viejos patios perdidos.

A la carrera

Hay pautas claves. América Latina y el Caribe no solo son fuentes decisivas en recursos, sino que, además, en estos últimos años han ido estableciendo relaciones cada vez más íntimas y mutuamente beneficiosas con China y Rusia, los dos fantasmas más temidos por los anexionistas globales.

De ahí que, según analistas, y en esta nueva cuerda política hacia nuestra región, la Unión Europea “intente aumentar su influencia en el área”. Y el momento más importante sería la cumbre que se celebrará en fecha cercana en España, que para entonces ostentaría la presidencia del Consejo Europeo.

Se trata de una reunión que no se realiza desde hace ocho años, lo que indica la tradicional pereza euro occidental hacia América Latina y el Caribe, ahora geopolíticamente prioritarios.