La Habana, Cuba. – Aunque con escasos resultados aún, el primer encuentro Rusia-Ucrania desde 2022 —cuando Kiev abandonó las negociaciones— ha abierto el camino para una desescalada del conflicto que conduzca a la paz negociada.
El encuentro entre delegaciones de ambas partes fue ya un imprescindible paso de avance, pues el mandatario ucraniano, Volodomyr Zelensky, se opuso durante meses a un diálogo directo con Rusia, a la que quiso imponer una salida política dictada y negociada por sus socios de Europa.
Ahora, los ardides de quienes en Occidente siguen apostando a la guerra, y entre quienes se encuentran los jefes de Estado de Francia, Alemania y Gran Bretaña, no lograron el propósito de imponer como condición para el diálogo una tregua de un mes, que habrían utilizado para rearmar a Kiev y llegar a la mesa con una situación «manipulada» en el campo de batalla.
Lento avance
Precisamente, el acuerdo más importante de la cita fue que cada parte presente en próximo encuentro su visión acerca de un alto el fuego, y cómo implementarlo.
Detrás subyace uno de los asuntos de fondo que provocaron la guerra, y que más trabajo costará negociar: el destino de los territorios que se adhirieron a Moscú durante el conflicto.
El propósito de desnazificar localidades con población de ascendencia rusa, hace años asediada por grupos facistoides protegidos por Kiev, fue una de las causas de la Operación Militar Especial que desembocó en guerra gracias al apoyo de Occidente a Ucrania, y la utilización de ese país como punta de lanza contra Rusia.
También se acordó un canje de prisioneros, y quedó en suspenso la solicitud ucraniana de un encuentro entre Zelenski y Putin. El avance será lento; pero la guerra ya no es una opción.