Mientras el alto el fuego en Gaza hace aguas debido a los incumplimientos y las dilaciones de Tel Aviv, la Liga Árabe ha dado a conocer un plan para la reconstrucción de la Franja.

El programa sale al paso a la propuesta de Donald Trump de expulsar a sus residentes bajo la excusa de que «no pueden vivir en medio de la destrucción», y la edificación en ese territorio palestino de lo que él llamó «la Riviera del Medio Oriente».

Es decir, un lugar de asueto para vacacionistas, sobre las tumbas de más de 48 mil civiles asesinados. Para nadie queda oculto que el objetivo del mandatario republicano es apropiarse de ese apetecido espacio a orillas del Mediterráneo, lo que significaría completar el etnocidio cometido por Israel en una localidad que, según algunos autores, condensa la identidad palestina, y por eso ha sido arrasado.

El plan árabe.

El nuevo programa que se propone para Gaza fue presentado por Egipto en una reunión extraordinaria de la Liga Árabe, cuyos miembros expresaron así su negativa a constituir destino de los sobrevivientes palestinos que fuesen deportados.

En una primera fase contempla auxilio y refugio; limpieza de las toneladas de escombros dejadas por los bombardeos de Israel y, luego, la reconstrucción de viviendas.

Para ello se dedicarían más de 50 mil millones de dólares. Pero antes es necesario detener la guerra, deseo que aún parece lejos de la voluntad de Benjamin Netanyahu, acusado por Hamás de la continuación de los asesinatos en el territorio, y de otras violaciones de lo acordado en la primera etapa de la negociación.

En un contexto tan enrarecido, también parece distante que se reinicien las conversaciones. La última palabra todavía NO se ha dicho.