La Habana, Cuba. – El ambiente para una potencial intervención militar de Washington contra Venezuela sigue haciéndosele difícil a Donald Trump, decidir por esa opción.
En medio del más amplio dispositivo bélico despachado en muchos años hacia las aguas del Caribe, el jefe de la Casa Blanca enfrenta un descontento con su gestión que incluye el repudio a una acción de esa naturaleza.
Hace algunas semanas es vox populi que solo el 37 por ciento de los ciudadanos aprueba su gestión, una postura impulsada por el incremento que medidas como el desmedido aumento de los aranceles a las importaciones, han provocado.
Pero los sondeos dicen que el 70 por ciento de los ciudadanos rechazan la opción bélica hacia la nación bolivariana, según el más reciente estudio de opinión, realizado por la CBS News.
Una Doctrina Monroe actualizada
Un matiz distinto en medio de las amenazas a Venezuela y de las falsas acusaciones que relacionan al presidente Nicolás Maduro con el narcotráfico, ha sido la reiteración por Trump de que pudiera establecer un diálogo con el presidente venezolano.
Más allá de esa nación, lo que se observa es un reposicionamiento de las tropas yanquis en la región para mantenerla vigilada y, de ser necesario, enviar a sus marines al asalto.
Acuerdos militares firmados con gobiernos afines como los de Argentina, Ecuador, Perú y El Salvador, países que les han abierto las puertas y completarían los nuevos asentamientos para sus tropas, incluyendo su vuelta a las bases que dejaron en Puerto Rico, y el uso de alta tecnología mediante la vigilancia con drones.
Además de la falta de respaldo dentro, Trump enfrenta un rechazo internacional frente a la opción de la guerra. Veremos qué determina.